La acuicultura proporcionó el 46% de la producción total, pero si nos fijamos solo en el consumo humano, su contribución llegó al 52%. Ese porcentaje no ha dejado de crecer, desde los años 80 del siglo pasado. Sin embargo, el total de capturas pesqueras ha permanecido más o menos estable. El crecimiento de la producción de pescado se ha debido, sobre todo, a los cultivos en Asia -principalmente en China- en aguas continentales. Antes de la década de los 80 la mayor parte de la producción acuícola era de origen marino, y aunque todavía siguen siendo los mares los principales proveedores de pescado, cada vez tienen mayor importancia las aguas continentales debido, precisamente, a la contribución de la acuicultura.

Los países desarrollados hemos pasado de 17,4 kilos en 1961, a 24,4 por persona en 2017, después de un máximo de 26,4 en 2007. Sin embargo, en los países en desarrollo ha subido desde 5,2 en 1961 a 19,4 en 2017. También en los países más pobres ha subido el consumo, aunque en menor medida, de cuatro en 1961 a 93 en 2017.

La especie con mayores capturas en 2018 fue la anchoveta Engraulis ringens, con siete toneladas, seguida del abadejo de Alaska Theragra chacogramma, con 3,4 toneladas y del listado Katsuwonus pelamis, con 3,2, en una secuencia que refleja bien, en ese orden, la importancia de los diferentes grupos de especies, pequeños peces pelágicos, abadejos y similares, y túnidos. La acuicultura continental se basa en peces de agua dulce (47 toneladas), sobre todo de especies filtradoras (ocho toneladas), mientras que en la marina los moluscos (17,3 toneladas) son el recurso más importante, por delante de peces (7,3 toneladas) y crustáceos (5.7 toneladas).

En la actualidad, un 66% de los stocks de pesca son sostenibles biológicamente (en 1974 eran el 90%) aunque la mayor parte (el 60%) se encuentran al límite (se pesca tanto como se produce). Las áreas de pesca en peor situación son el Mediterráneo y el Mar Negro (62,5% de los stocks en niveles insostenibles), mientras que la mayor parte de las áreas con stocks sostenibles se encuentran en el Pacífico, con la excepción del Pacífico sudoriental.

Mis conclusiones de este conjunto de datos son las siguientes: 1-El consumo de pescado crece en los países que progresan. 2-El crecimiento de la demanda mundial se satisface, sobre todo, con recursos provenientes de la acuicultura, porque los stocks de la mayoría de las especies se encuentran al límite. 3-Solo una gestión de los recursos naturales basada en el conocimiento de la biología y dinámica de las poblaciones puede permitir su sostenibilidad a medio y largo plazo. 4-Será necesario seguir invirtiendo en conocimiento para satisfacer mediante acuicultura la demanda creciente de pescado de la humanidad, y hacerlo minimizando el impacto ambiental de estas actividades.