Eva Ferreira ha hecho valer el voto de la confianza para poner rumbo definitivo hacia el Rectorado de la UPV/EHU después de obtener el 66,24% de los votos depositados, el doble de los necesarios. De este modo, la catedrática de Economía Aplicada tomará el relevo de Nekane Balluerka al frente de la institución académica. Y lo hará sin perder tiempo. La ocasión lo requiere y los desafíos y las oportunidades siguen llamando a la puerta del mundo de la educación y de la formación.

Ferreira (Barakaldo, 1963) no ocultaba su alegría y orgullo por haber recibido el Aprobado de la comunidad universitaria en un contexto muy delicado, con una pandemia acechando la enseñanza presencial. De hecho, las medidas sanitarias de seguridad en vigor han marcado una atípica campaña -sin actos ni encuentros públicos- en la que ha sido la única candidata a presidir el órgano rector de la UPV/EHU.

Con todo, el programa de gobierno amadrinado por Ferreira ha sabido congregar los consensos de las 48.207 personas que conforman la comunidad universitaria. La mayoría de los votos favorables llegaron desde la docencia, efectivamente, pero también ha atraído las papeletas del Personal de Administración y Servicio (PAS) y del alumnado, más partidario tradicionalmente de la abstención en este tipo de convocatorias. Hasta el jueves, porque la plancha de Ferreira cosechó el apoyo del 16,28% de este sector, muy por encima de los porcentajes de las anteriores convocatorias.

Una de las espinitas que tiene clavadas la próxima rectora de la UPV/EHU era reforzar los canales de comunicación y de participación con el alumnado y, a tenor de los resultados, parece que esa barrera ha empezado a caer. No obstante, la participación de los más jóvenes sigue siendo baja. Según se desprende de los datos: de los 40.819 estudiantes solo votaron 857 y 612 lo hicieron a favor de la candidatura de Ferreira.

El desglose estadístico ofrecido al cierre de la jornada electoral también revela el apoyo generalizado del PDI. De las 2.114 personas integradas en la categoría de Personal Docente e Investigador (PDI) doctor permanente votaron 1.404 (919 a favor); de los 179 del PDI no doctor con vinculación permanente depositaron la papeleta 91 (52 a favor); y de los 3.273 del sector de otro PDI ejercieron su derecho al voto 642 y 383 respaldaron la propuesta de Ferreira. De los 1.896 miembros del PAS (Personal de Administración y Servicios) votaron 744 y 433 lo hicieron a favor.

"Trabajaremos porque esa participación aumente y para que podamos debatir otras formas de entender la universidad", subrayaba Ferreira a los pocos minutos de conocer el resultado del recuento de las papeletas que docentes, PAS y alumnado han podido depositar desde el pasado día 9 hasta el jueves. El mensaje más repetido en todo este tiempo ha sido el de convencer a los abstencionistas y animar a tomar parte en el proceso, asignatura pendiente de este tipo de elecciones. En las anteriores, celebradas en noviembre de 2016, únicamente lo hizo el 12% del censo universitario.

Cuatro años

Así lo ha hecho Ferreira desde que el pasado 29 de octubre registrara oficialmente su candidatura; y así lo hacía el juevesde nuevo cuando expresaba su deseo de que la participación en estas elecciones fuera la más alta posible. También lo había hecho la rectora saliente, Nekane Balluerka, quien apeló a la responsabilidad de la comunidad universitaria para "implicarse en lo que será el rumbo de los próximos cuatro años de nuestra universidad".

En cualquier caso, el hecho de que solo existiera una candidatura representaba un serio hándicap a batir. "No es lo que más favorece la participación", reconocía la propia Ferreira. "Pero esperamos que, después de la ilusión que le hemos puesto, la participación sea lo más alta posible", añadía la catedrática en Economía Aplicada poco después de ejercer su derecho al voto en la Facultad de Sarriko.

Y es que, el fantasma de la abstención y del voto en blanco persigue en los últimos años a todos los aspirantes al Rectorado; en buena medida porque las últimas personas en ocupar ese despacho (Nekane Balluerka e Iñaki Goirizelaia) no tuvieron competidores en sus respectivas convocatorias. Para el recuerdo quedan ya aquellas elecciones de 2004 cuando se presentaron hasta siete candidaturas y en la que salió elegido Juan Ignacio Pérez Iglesias por delante de Iñaki Antigüedad.

Habría que remontarse al año 2008 para encontrarse con el último cara a cara entre dos candidaturas. Aquellas elecciones supusieron un pulso entre Goirizelaia (que entonces era vicerrector con Pérez Iglesias) y Marisol Esteban. Goirizelaia y su equipo (del que formaban parte Balluerka y la propia Ferreira) ganó. En enero de 2017, Balluerka tomó el testigo de Goirizelaia tras dos mandatos. Y a mediados de enero de 2021 se prevé que Ferreira tome posesión del cargo, sustituyendo a Nekane Balluerka.

Con todo, la singular renovación del equipo rectoral de la UPV/EHU de este 2020 pasará a la historia por la crisis sanitaria, social y económica que llegó a cerrar las aulas antes de que finalizara el curso y aspira a convertirse en punto de inflexión para seguir avanzando en el camino a la excelencia con el que han predicado sus antecesores en el cargo. Una de las varias herramientas que Ferreira tiene previsto emplear para hacer de palanca será la reducción de la burocracia. A su entender, el excesivo papeleo a veces obstaculiza el desarrollo de proyectos estratégicos. Apeló, una vez más, a la unidad de acción en el diseño de la metodología para abordar los grandes retos sociales del futuro; los de la institución académica pero también los de la comunidad vasca. "Nuestro proyecto es claro, la universidad en el centro de la sociedad y la sociedad en el centro de la universidad", expresaba.