El plumero de la Pampa, la planta invasora que a finales de la década pasada se adueñó de campos y márgenes de la red viaria de Bizkaia, vuelve de nuevo con fuerza al territorio como puede observarse a simple vista en laderas de montes y carreteras del territorio histórico.

Con el nombre científico de Cortaderia Selloana, esta especie invade desde la primavera pasada hectáreas de terreno en una progresión que, por el momento, según indicaron fuentes del departamento foral de Sostenibilidad y Medio Natural, "no tienen cuantificada", al no poseer un inventario previo de su presencia en Bizkaia.

Según explicaron desde la Diputación, evitar que se propague esta plaga que relega a las especies autóctonas por competencia -incluso pueden hacer que desaparezcan- depende de los propietarios de los terrenos. En este sentido indicaron que su erradicación es "una tarea que obliga a entidades públicas y privadas, además de a particulares".

El ente foral lucha contra el plumero de la pampa desde 2007 cuando esta planta procedente de Sudamérica se expandió por el territorio, siendo más visible sobre todo en los taludes de las carreteras, zonas que coloniza con mayor rapidez al diseminarse su semilla gracias a las corrientes de viento que provocan los vehículos al circular por ellas. Entonces se registraron hasta 134 hectáreas contaminadas en 1.336 localizaciones con afectación alta o muy alta en 24 municipios. Aquella primera ola de expansión fue tratada con herbicidas que tras aplicarlos varios años minimizaron su presencia, pero no la erradicaron.

En 2014, la Diputación empezó a actuar en el entorno de la Zona de Especial Conservación (ZEC) de Barbadun, trabajando con los Ayuntamientos de Zierbena, Muskiz, Abanto, Galdames y Sopuerta en un área de 136 kilómetros cuadrados.

Con la extracción de raíz de las plantas y, de nuevo, el uso de productos químicos a lo largo de cuatro años, hasta 2018, se eliminaron en la mencionada ZEC más de 20.000 ejemplares. Entonces los técnicos forales valoraron positivamente la metodología desarrollada debido a "una reducción significativa de la superficie ocupada por la planta", indicaron fuentes forales.

Tras la actuación descrita, la Diputación mantiene desde 2018 varias actuaciones para evitar su propagación en el territorio. Además de controlar los Espacios Naturales Protegidos dependientes del ente foral, se obliga en todas la autorizaciones de obras a tomar medidas frente a la transmisión de semillas y a aplicar acciones correctoras que garanticen la rápida ocupación del espacio con revegetación al menos durante tres años. También se han editado folletos informativos y específicos sobre los programas de control "y asesorado y dado respuesta a multitud de particulares y especialistas que han consultado respecto a Cortaderia Selloana", especificaron fuentes forales.

En barcos de Argentina. La presencia de la especie comenzó a registrarse en el Estado en los años 40 del siglo pasado. Sus semillas llegaron de Argentina en las bodegas de los barcos que traían el grano para aliviar la escasez de alimentos de la posguerra.

Cunetas y parcelas baldías. La planta se extendió rápidamente por toda la cornisa cantábrica donde encontró un ambiente propicio para crecer, en especial en cunetas de carreteras y en terrenos vacíos.

Ornamental

Tras ser usada como especie estética en jardinería, la Cortaderia Selloana empezó a comportarse como especie invasora contra la que se ha luchado desde entonces.

Aclimatada

Su expansión se debe a la falta de enemigos naturales que afecten a su reproducción desmedida y su alta capacidad de multiplicación y aclimatación. Además sobrevive en diferentes terrenos.

Hasta 30 km

El desarrollo de la planta puede alcanzar hasta 3,5 metros de diámetro y cuatro metros de altura, lanzando semillas al viento que puede, recorrer hasta treinta kilómetros de distancia.

Prevención

Se han practicado varias técnicas para su erradicación, como arrancar las plantas con excavadoras o usar herbicidas, que pueden dañar a especies cercanas, por ello la mejor fórmula es evitar que crezcan.