Euskadi cuenta en la actualidad con 11.448 personas infectadas activas por el coronavirus y más de 50.000 en aislamiento por haber sido contacto directo de alguna de ellas, las cifras probablemente más altas de toda la pandemia de la covid-19.

Las autoridades sanitarias han cifrado en esa cantidad los infectados en estos momentos, cuando la semana pasada eran 7.118, y han estimado en 4,4 los contactos directos en aislamiento por cada uno de ellos. También han establecido que en torno al 35% de los casos activos han sido detectados en contactos estrechos de casos anteriores.

El coordinador del Programa de Vigilancia y Control del Departamento de Salud del Gobierno vasco, Ignacio Garitano, ha comparecido para informar de la evolución de la pandemia en la semana entre los días 19 y 25 de octubre. El responsable de Lakua ha informado además de que se van a ampliar en una veintena las camas UCI disponibles en los hospitales de Osakidetza, que en estos momentos están al 30% de su capacidad, así como la contratación de 85 personas a la red de rastreadores.

Entre esos días se han detectado en Euskadi 6.817 nuevas infecciones, cuando siete días antes esa cifra se había quedado en 4.543. Este aumento ha tenido mayor incidencia en Bizkaia y Gipuzkoa, con 2.898 y 3.126 casos, respectivamente, y un incremento superior a los 1.000 positivos respecto de la semana precedente en ambos territorios; en Álava los 611 diagnósticos superan en algo más de 100 los de la semana anterior.

Garitano ha explicado que la evolución epidemiológica es alta y que está provocando que la presión asistencial sea "cada vez mayor", aunque ha asegurado tajantemente que no se puede hablar de colapso, "sin ninguna duda".

Ha explicado que Euskadi se encuentra ya en el segundo escenario del plan de contingencia de camas UCI, donde este martes ya había 75 pacientes ingresados, lo que supone una ocupación del 30%, y ha recordado que en un escenario 5 se podrían disponer de 620 camas de intensivos.

Ha apelado a la responsabilidad individual y colectiva para aplanar y hacer descender la curva de contagios, aunque ha advertido de que cuando se llevan varias jornadas con más de mil infectados nuevos diarios "que generan contactos estrechos que, a su vez, provocan nuevos casos" no se puede controlar una pandemia en uno o dos días.

DOS SEMANAS

En este sentido ha previsto que para poder ver si las medidas que han entrado en vigor este lunes dan o no resultados habrá que esperar al menos dos semanas, aunque también ha mostrado su esperanza en que antes se pueda ver una mejora como consecuencia de las decisiones tomadas antes de estas últimas.

Ha asegurado que la red de rastreadores está "bastante bien dimensionada" (la semana pasada se incorporaron 45 nuevos profesionales y a lo largo de esta semana lo harán otros 40) y que Osakidetza mantiene la capacidad para seguir haciendo pruebas masivas, más ahora con la incorporación de los test de antígenos que se dirigirán especialmente a las personas sintomáticas.

Garitano ha reconocido que en momentos puntuales se ha podido producir alguna acumulación de trabajo en la labor de los rastreadores, al duplicarse los 500 casos diarios que se venían registrando, pero ha pedido tranquilidad a la población porque todos los contactos directos de un diagnosticado van a ser llamados para que se les haga una prueba.