La atención primaria en la encrucijada. Ése es el encabezamiento del duro manifiesto escrito por la Federación de asociaciones para la defensa de la sanidad pública y la Federación de asociaciones de Medicus Mundi a la que representa el doctor Eduardo García Langarica, con quien DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA repasa la mala situación en que han quedado sumidos los centros de salud tras soportar años de recortes económicos a los que ahora se suman las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

'En la encrucijada'. El titular del manifiesto lo dice todo.

-Claro, el título es lo que indica la realidad actual porque llevamos años viendo cómo se va deteriorando la atención primaria, no sólo a raíz de la pandemia. Desde la crisis de 2018, el presupuesto en atención primaria ha ido disminuyendo hasta quedar en el 14% del gasto total en salud. En 2018 hubo un compromiso para llegar al 20%, pero no se ha cumplido y, a día de hoy, ya pensamos que debiera incrementarse al 25%. Es en atención primaria donde nos tienen más desprotegidos, más despresupuestados, si se puede decir. Lo que ha ocurrido es que, mientras ha aumentado algo el gasto en hospitales y, sobre todo, el gasto farmacéutico, en atención primaria ha bajado. Bueno, y en salud pública, que ésa sería otra de las razones por las que hemos llegado a estar tan mal durante la pandemia.

Hemos llegado a estar tan mal -dice- Y estamos, ¿no?

-Estamos mal, estamos mal. Vamos a pensar que lo de marzo pudo ser una sorpresa, que no lo fue tampoco, pero ahora, que ya no cabe sorpresa alguna, seguimos estando mal.

Y ¿por qué?

-Porque se ha pensado que no era útil invertir en atención primaria y que lo que da más votos e imagen da es sacarse fotos poniendo aparatos en los hospitales, construyendo nuevos hospitales. Pero al mismo tiempo que se construyen nuevos hospitales se disminuye el número de camas. Así, tenemos las camas imprescindibles para ir tirando y cuando llega una pandemia como ésta, hay sobrecarga de trabajo y el sistema cae. Es lo que ocurrió en marzo y, a pesar de ello, el papel de la atención primaria fue fundamental al principio de la crisis sanitaria.

La atención primaria ya estaba sumida en una profunda crisis por los recortes. ¿La pandemia ha ahondado en ella?

-Efectivamente, lo que ha hecho la pandemia es ahondar más en esa crisis, si ya había poco personal sanitario, ahora con el virus ha caído más aún.

Y si suma varios meses así...

-Claro, llegaron a un acuerdo en mayo para reforzar la atención primaria, invertir en rastreadores... Todo eso no se ha hecho y la pandemia nos ha vuelto a pillar en agosto y septiembre otra vez con el pie cambiado y sin capacidad para hacer lo que se tiene que hacer para controlar una epidemia. Cierto que la situación no es la misma en una comunidad autónoma que en otra pero, en general, no hay rastreos suficientes y tampoco coordinación con la atención primaria. Si a eso le sumas las bajas de personal, vacaciones... El resultado es que la atención primaria no ha sido capaz de hacer todo lo que tenía que hacer. Tampoco se nos han dado los medios.

Entonces, ¿no es la atención primaria la que se encarga de los rastreos?

-Sí y no. Debería ser así, la atención primaria debería realizar labores epidemiológicas, si estuviera bien montada y financiada, pero con la capacidad actual de medios, tiene pocas posibilidades. Y en Euskadi no estamos tan mal como en Madrid, por ejemplo, que es un desastre; creo que estaremos entre las comunidades intermedias.

Aboga por aumentar el gasto en atención primaria, pero también en salud pública para prevenir pandemias como ésta. No sé hasta que punto es factible...

-La pandemia nos podía haber pillado en mejor situación si se hubiera invertido más en salud pública. Por hacer una comparación, cuando España analizó las posibles amenazas que podía tener como país, una de ellas era la posibilidad de una pandemia, estaba en la lista. En aquel momento tenía que haber pensado qué recursos necesitaba para prevenirla, si de verdad consideraba que era una grave amenaza para el país. Recursos, como fortalecer la atención primaria, más epidemiólogos, mejorar la capacidad de salud pública... Es un dinero que se tenía que haber invertido, pero se prefirió gastar en cuestiones más llamativas, como fortalecer las fronteras para que no entrasen inmigrantes. La inversión en salud pública y en atención primaria hubiera sido más eficaz para la pandemia del coronavirus, probablemente no hubiera sido nada eficaz para controlar las fronteras. Ante dos amenazas graves, para la pandemia no se invirtió dinero y para fortalecer las fronteras, demasiado, en mi opinión.

Y eso que la atención primaria es la que resuelve el 80% de los casos cuando la población enferma.

-Sí, y no sólo en caso de epidemia. La atención primaria es el primer contacto del paciente y debe ser quien lleve la salud de los enfermos porque es el nivel de atención más pegado a la calle. La atención primaria es la que debe llevar la batuta del sistema sanitario. Debería ser quien dirija el tranvía del sistema de salud y no quien reparte los billetes para ir a un especialista u otro, porque cuando la atención primaria es fuerte, potente y capaz, el sistema sanitario es mucho más eficiente, barato y equitativo.

Pero los recortes han derivado en...

-Pues, muchas veces, en que tengamos que atender a tantos pacientes cada día que no nos quede tiempo para otras actividades fundamentales, como es la medicina comunitaria, ya que los determinantes sociales son los que más problemas de salud generan. Quizá en Euskadi no estemos tan mal porque la inversión es mayor, pero hay comunidades en las que los médicos atienden a 60 pacientes cada día -aquí hay momentos y momentos, pero vemos unos 35-40 al día-.

Al inicio de la pandemia, con las UCI desbordadas, los ambulatorios solucionaron muchas situaciones graves; ahora, les pasa factura.

-Pues claro, porque para que los centros de salud no fueran un foco de contagio se limitó mucho la entrada a los ambulatorios y se decidió hacer consultas telefónicas, que es un camino a explorar, pero se hizo de repente y sin personal suficiente para atender esas llamadas.

Ya, en muchos casos, imposible acceder a un médico. Te decían: llama a este número, pero nunca jamás nadie descolgaba el teléfono.

-Sí, sí, así que la gente que hace tres meses aplaudía en los balcones, ahora llega a los centros de salud enfadada, con cierta razón, e insultando a los administrativos. Y es que, además de carecer de personal suficiente para atender todas las consultas telefónicas, se ha dejado en manos de personal administrativo, sin capacidad para filtrar la gravedad de los casos porque no están formados sanitariamente y porque ésa no debiera ser su labor, a no ser que se le forme en ese cribado. Hay centros de salud en los que se ha tardado una semana en atender una consulta telefónica. Y tan grave es acudir a urgencias porque no tienes acceso a tu médico como aguantar en tu casa sin ser atendido, ya que eso desemboca en retrasos en diagnósticos de cáncer, infartos... Que acaban en fallecimientos.

Habla el manifiesto de cierres de centros de salud, no sé si afecta a Euskadi.

-En Euskadi, cierres de centros de salud como tal no sé si ha habido, creo que no. Sí se cerró el PAC de San Martín en Vitoria, pero antes de la pandemia, lo que sí ha habido es menos médicos en los consultorios, en lugar de siete, tres, por ejemplo; muchos que han atendido dos consultas a la vez y otros que han doblado turnos o número de pacientes. En la zona rural sí han estado cerrados consultorios de los llamados satélite y se ha centralizado la atención en el ambulatorio más importante de la comarca, además de las bajas y vacaciones del personal. Y eso, teniendo en cuenta que este mes de agosto no ha sido como otros que la gente estaba de vacaciones y no acudía mucho a los centros de salud; este mes de agosto, la gente no se ha ido de vacaciones y, además, ha tenido problemas de salud.¿Se desatiende a los pacientes que no son covid?

-Muchas veces se les ha desatendido, sobre todo en marzo, abril y mayo, que sólo se atendían casos covid y poco más. Con los pacientes crónicos, mayores la mayoría, se intentó evitar que se acercaran a los centros de salud para evitar contagios y se les atendió mediante consultas telefónicas o domiciliarias, pero es complicado. Otros muchos no han querido ni acercarse a las consultas, por miedo a contagiarse. Todo ello ha supuesto retrasos en el control de patologías crónicas, al tiempo que no ha dejado de haber infecciones por covid en ningún momento. Ahora, enfermería, creo que ha retomado el control y seguimiento de pacientes crónicos con diabetes, hipertensión... Los médicos, probablemente, menos.Vamos, que tenemos una atención primaria aún más 'tocada' en esta segunda oleada de la pandemia.

-¿Más tocada? Desde luego no está en las condiciones que se pretendía que estuviese tras la primera oleada de la pandemia. Como poco está igual, pero como hay más personal más cansado y que va cayendo enfermo, sí, habrá que decir que está peor. Quizá en Euskadi no, quizá está igual en el mejor de los casos, pero en muchos sitios está bastante peor.

Vaya panorama.

-Sí, cuando empezó el estado de alarma pensé: durará quince días o un mes; ahora pienso que, mínimo, serán dos años y... Ya veremos porque no sé cuánto van a solucionar las vacunas.

Y qué solución le ve.

-Hay que incrementar el gasto en salud hasta el 25%, garantizar que se abran todos los centros de salud, acabar con la precariedad laboral del personal sanitario, no sólo de los médicos y favorecer que los profesionales de la salud atiendan durante mucho tiempo a los mismos pacientes, es decir, que se prolongue su estancia en el mismo centro de salud.