OCA despedir el verano, una de las estaciones predilectas por todo el mundo. Playa, sol, amigos... Todos los planes son válidos durante esta época estival, pero como no podía ser de otra manera, este año ha sido diferente. Nada ha sido tal y como se había planeado a principios de año, o en algunos casos, el pasado verano. Las mascarillas y el distanciamiento social han sido los grandes protagonistas. ¡Quién nos lo iba a decir! Tampoco ha habido abrazos, ni besos. El coronavirus nos ha robado Aste Nagusia, aunque esperamos poder ver el próximo agosto a Marijaia, que se ha confinado para volver con más ganas que nunca la próxima edición. Ha sido triste, muy triste. Nadie ha pasado por alto esta fecha tan especial. Pero de todo lo malo se saca algo bueno. Podría decirse que ha sido un verano más familiar. Hemos sacado tiempo para estar con los nuestros, a esos a los que por trabajo o prisas no les dedicamos todo el tiempo que quisiéramos. "No me ha hecho falta irme tan lejos para estar con los míos", dice Miren González de Mendialdua. ¡Cuánta razón!

Varios de los rostros conocidos de la villa, al igual que muchos ciudadanos, tuvieron que cambiar sus destinos vacacionales por la situación pandémica. Así que, para qué volar si se puede descubrir o redescubir Bizkaia. Aunque muchos proyectos se hayan caído, como les ha ocurrido a Lander Otaola, Itziar Lazkano, Maribel Salas, Miren de Miguel o Mikel del Valle, qué mejor manera que hacer pequeñas escapadas para recargar pilas y volver a la ciudad con ganas de apostar por los nuevos trabajos que surgen de manera inesperada. O retomar aquello que se había quedado parado. Porque también ha sido un verano en el que se ha combinado el trabajo y el ocio libre. Lo cierto es que hay tiempo para todo, incluso para ayudar a la infancia, tal y como ha hecho el presidente de Unicef en Euskadi, Isidro Elezgarai, que no ha parado estos últimos meses.

El comercio y la hostelería están en el punto de mira y son los grandes afectados de esta crisis sanitaria. Las distintas asociaciones bilbainas han apoyado al sector uniendo fuerzas, por lo que han sido unos meses duros en los que ha sido difícil estar tranquilos de vacaciones. El presidente de Bilbao Dendak, Rafael Gardeazabal, ha estado pendiente durante sus cortas vacaciones del teléfono por "si tenía que salir corriendo". La ocasión merece estar disponible para arrimar el hombro ante cualquier situación que se tercie. BilbaoCentro, con Jorge Aio a la cabeza, también ha brindado todo su apoyo a los locales de la ciudad, al igual que Eider Txarroalde, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo.

El verano se va y toca dar la bienvenida al otoño. La rutina y la nueva normalidad ya están a la orden del día. La mayoría no hace planes para el próximo 2021. Habrá que vivir el día a día. Porque con o sin mascarilla todos estos meses hemos aprendido a valorar las pequeñas cosas que antes pasábamos por alto. De la pandemia también estamos sacando cosas positivas.

Isidro Elezgarai, presidente de Unicef

“No me he cansado de trabajar”

El presidente de Unicef en Euskadi, Isidro Elezgarai, no se ha cansado de trabajar por la infancia durante todo el verano. “Se lo merecen todo”, declara. Por eso, en esta época estival tocaba más que nunca apostar por todos los niños y niñas, y desde que se declaró el estado de alarma les han dado voz en varias ocasiones a través de diversas campañas. También han repartido mascarillas. En definitiva, su función ha sido necesaria. No obstante, Isidro se escapó nueve días a Zahara de los Atunes para desconectar por completo y regresar con fuerzas.

Miren González, experta en moda

“Me lo he pasado pipa en familia”

Miren González recuerda con alegría este verano. Rodeada de sus seres más queridos confiesa que se lo ha “pasado pipa”, aunque Canarias tendrá que esperar. “He disfrutado de los míos sin tener que irme lejos”, dice. Ha redescubierto Bizkaia y se ha subido a un barco. El coronavirus tampoco le ha impedido estar con sus nietos, a los que desea abrazar, pero, por precaución, no lo ha hecho. También ha tenido la mente ocupada trabajando sobre todo para no pensar en Aste Nagusia. Nada es eterno. Por eso pronto volverá a abrazar y a ver a Marijaia.

Lander Otaola, actor

“Pasear por El Arenal ha sido trágico”

El actor Lander Otaola huyó de Bilbao en agosto, más concretamente la semana en la que se hubiese tenido que celebrar Aste Nagusia. Es un auténtico fanático de las fiestas y confiesa que “pasear por El Arenal ha sido trágico”. A pesar de todo ha combinado playa con trabajo. Benidorm, Valencia o Ibiza fueron los lugares en los que ha estado tranquilo y ajetreado a la vez, aunque Chicago y Nueva Orleans eran los destinos ideales para pasar todo julio, pero se siente agradecido por haber descansado con sus amigos y, cómo no, con Ylenia.

Mikel Del Valle, bailarín

“Estar con mi abuela lo he valorado más”

Una función lírica en el Azkuna Zentroa era lo que tenía en mente hacer este verano el bailarín Mikel del Valle. Este proyecto nació de su Trabajo Fin de Grado y así pondría punto final a la licenciatura superior de danza en el conservatorio de Madrid. Esta representación se ha pospuesto para el año que viene, así que esta época estival que acaba le ha servido para ponerse en forma, y estar más tiempo con su abuela. “He valorado más estar con ella”. Lo que ha echado en falta, y mucho, es juntarse con los amigos que ha ido conociendo a lo largo de los años.

Itziar Lazkano, actriz

“He recargado pilas en la naturaleza”

Atrás quedan Málaga y Soria, dos de los lugares elegidos por Itziar para pasar el verano. “Planificamos ir a Nueva York. Era un viaje que siempre hemos querido hacer y que este año tampoco hemos podido llevar a cabo”, dice apenada. Aunque confiesa que no ha sido un verano tan marchoso como otros, se queda con la paz que le ha brindado la naturaleza. Ha valorado más que nunca pisar el monte para recargar las pilas y coger oxígeno. Tanta paz le ha hecho echar de menos a los txistus que le despiertan cada mañana en Aste Nagusia por el Casco Viejo.

Pedro Campo, presidente de Cecobi

“Me fui más tarde porque he sido aitite”

Playa, sol y arena. Pedro Campo no necesita nada más para ser feliz. Su casa de Castellón tiene todo lo necesario para desconectar. “Soy muy de playa. Descanso psicológicamente”, admite. El coronavirus no le ha trastocado los planes con respecto a otros años, excepto el viajar entre pueblos. “He hecho la misma vida que otros veranos, pero con limitaciones”, cuenta. Aunque la única variación que hubo fue una semana de retraso en sus vacaciones: “He sido aitite”, dice orgulloso. Ahora se despide de su casa hasta el año que viene.

Miren de Miguel, soprano

“Cuba me espera el año que viene”

Este verano Cuba esperaba a la soprano Miren de Miguel. No ha podido ser, pero sea como sea, en 2021 allí estará. “No sé si cantaré o bailaré mucho, pero ¡tengo que ir!”. Un gran espectáculo con el cabaret contemporáneo de Camaguey sobre las primeras pelotaris en Cuba era el plan que tenía entre manos. No obstante, la ilusión de los nuevos proyectos, uno de ellos en el Euskalduna, no le han hecho perder la sonrisa, aunque admite que ha echado de menos “estar con la familia en esos merenderos haciendo paellas”.

Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro

“Me quedo con los paseos por la playa”

Jorge Aio no se ha ido muy lejos para disfrutar del verano. Le ha bastado viajar por Bizkaia y los paseos por la playa de Gorliz para desconectar. “Después del confinamiento aprecias mucho más lo cotidiano”. Estuvo cuatro días con su familia en Iparralde, que ya habían visitado varias veces y les había encantado, aunque el destino vacacional para este año iba a ser Londres. “Es una ciudad que nos atrae mucho, pero se ha aplazado para un momento mejor”. Jorge hace un balance muy positivo del verano: “Ha sido muy familiar y hemos hecho planes chulos”.

Rafael Gardeazabal, presidente de Bilbao Dendak

“El valle de Baztán me ha encantado”

Entre su empresa y su cargo como presidente de Bilbao Dendak, Rafa Gardeazabal no ha tenido mucho tiempo para saborear las vacaciones, aunque ha hecho dos pequeñas escapadas. Oviedo y Nafarroa han sido los lugares elegidos. “El valle de Baztán me ha encantado”, confiesa. Cerca de casa puesto que dada la situación no podría irse muy lejos. “He estado de guardia por el trabajo y así podía acercarme en cualquier momento”. Ha echado de menos las fiestas populares de Plentzia y Aste Nagusia, pero sabe que es un tema puntual.

Javier Conde Pujana, atleta

“El aire libre nos ha llenado de vida”

Una aldea de Ourense esperaba a Javier y a su familia como cada año. Eso sí, esta vez valorando aún más la naturaleza. “Es como un bosque y el aire libre nos ha llenado de vida”. Los baños en el río, el sol... “Ya pagaba por tener todo eso ahora”, apunta. Adaptándose a la situación provocada por el coronavirus, han visitado los mismos rincones que cada verano. Huelva fue el segundo destino, y ya van cuatro años pisando tierras andaluzas. “Al principio teníamos miedo porque íbamos a hotel, pero te das cuenta de lo bien que está todo organizado”.

Maribel Salas, actriz

“Me fui al sur por auténtica necesidad”

La actriz Maribel Salas confiesa que nunca organiza viajes con tiempo: “Suelo improvisar bastante”. Comenta que su vida laboral es “un poco inestable” y en cualquier momento pueden surgir cosas. Aun así, ha sacado 15 días para estar con su familia en el sur donde ha disfrutado del mar y no ha pensado en nada más que en vivir el día a día. “Me fui por auténtica necesidad”, afirma. La cultura ha sido muy castigada por culpa del coronavirus, así que todos sus proyectos se cayeron, pero han surgido otros muy ilusionantes.

Eider Txarroalde, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Casco Viejo

“Sin turistas la ciudad ha estado triste”

La carga de trabajo en Óptica Jesús hizo que Eider se escapara junto a su familia al apartamento que tienen en el Mediterráneo para desconectar y volver como nuevos. “Ha sido diferentes por todas las medidas, pero hemos disfrutado”, comenta. También estuvieron dos días en Barcelona. Ya en Bilbao, aprovechó para hacer todo aquello que no puede hacer durante todo el año. “Me gusta mirar los escaparates tranquilamente, el ambiente... Pero la ciudad ha estado muy triste sin turistas, sin el bullicio. Lo he echado mucho de menos”, expone.