Miren González recuerda con alegría este verano. Rodeada de sus seres más queridos confiesa que se lo ha "pasado pipa", aunque Canarias tendrá que esperar. "He disfrutado de los míos sin tener que irme lejos", dice. Ha redescubierto Bizkaia y se ha subido a un barco. El coronavirus tampoco le ha impedido estar con sus nietos, a los que desea abrazar, pero, por precaución, no lo ha hecho. También ha tenido la mente ocupada trabajando sobre todo para no pensar en Aste Nagusia. Nada es eterno. Por eso pronto volverá a abrazar y a ver a Marijaia.