La sensación entre las familias en esta vuelta al cole tan especial es muy heterogénea. “La verdad es que lo llevo fatal, se está deshumanizando la escuela, y con ello considerándola un espacio únicamente para la formación curricular, olvidando la importancia de la socialización y las relaciones humanas y emocionales, tan importantes en el desarrollo, que con estas medidas son imposible tener”, afirmó Tamara de Gracia cuyos hijos, Lur de 6 años, y Amets de 3, van a Ander Deuna ikastola. Esta amatxu no ve muy claro el uso de las mascarillas en niños y niñas tan pequeños. “En este momento es lo que peor llevamos en casa y estamos valorando llevarles menos horas o incluso no llevarles todos los días”.

Eukene Lasantas dice estar “de lo más tranquilos en casa” ya que el protocolo del Liceo Francés al que acuden sus hijos “está muy bien hecho. Se supone que los niños son siempre los mismos y el grupo no se abre tanto. Mascarillas y lavado de manos continuo. Vamos, en seguridad solo podemos pensar que han hecho lo mejor que se podía hacer”, comentó. El Liceo, que sigue el calendario galo, lleva una semana ya de rodaje. Y, según Eukene, sus hijos “van supercontentos porque ven a sus amigos y la normalidad sienta bien a todos. Veremos a ver si se hacen a la mascarilla a diario”.

Hay otras amas, como Eli Mazas que lo llevaron ayer algo peor. “Han entrado y parecía el ejército, muy triste, a 1,5 metros de distancia. Y en la puerta del cole antes de entrar todos estábamos unos encima de otros porque en la acera no cabemos. Muy triste y con mucha impotencia”, afirmó Eli tras dejar a Oma e Hize, de 5 y 2 años, en la entrada del colegio García Rivero.