- Nadie está a salvo de un mal paso, pero las probabilidades de tener un accidente son mayores con el paso de los años. Lo saben los peatones y los conductores, por ejemplo, pero también los electrodomésticos, los coches o los edificios, gigantescos y solemnes pero afectados sobremanera por el correr del tiempo. De hecho, una ley obliga desde 2012 a que los inmuebles con más de 50 años pasen una revisión técnica para certificar cuál es su estado de conservación. Un examen que, además, deben repetir cada 10 años. A 31 de marzo, un total de 37.267 de los 76.801 edificios obligados a tener en regla ese informe de evaluación tenían la pertinente Inspección Técnica del Edificio (ITE) inscrita en el registro oficial habilitado por el Gobierno vasco, aproximadamente la mitad.

El mal estado de las fachadas, los patios y cubiertas, o los balcones, miradores y terrazas serían algunas de las deficiencias más comunes detectadas por profesionales de la Arquitectura (principalmente) durante su visita al edificio, a las zonas comunes, y al interior de las viviendas si fuera necesario. Tal y como revelan los informes archivados desde el inicio en Euskoregite (la plataforma donde se vuelcan todos esos veredictos) un total de 23.731 expedientes han requerido la ejecución de obras con carácter inmediato, urgente y muy urgente; y unos cuantos menos (21.770) resolvieron la inspección con trabajos de mantenimiento.

Por ejemplo, el edificio de la calle García Salazar, en Bilbao, del que se desprendió el balcón hace unos días: en la ITE de 2014 -la próxima les tocaría en 2024- se detectó la necesidad de acometer unas reformas en la fachada del patio “que ya hicieron”, apuntaban fuentes municipales. Eso sí, el 81,29% de los edificios con la ITE registrada no tiene resuelta de forma absoluta la accesibilidad, aunque tengan ascensor. Y es que son más los elementos que hacen efectivo, seguro y práctico el acceso y la utilización del edificio por parte de personas con movilidad reducida: salvaescaleras, rampas, barandillas,… En cualquier caso, los porcentajes de registro son aceptables teniendo en cuenta que Euskadi tiene uno de los parques edificados más antiguos del continente: de los 163.642 edificios existentes, el 43% fue construido antes de 1961, según el censo de 2011.

Solo durante este año en Bilbao, un total de 42 portales tendrán la obligación de presentar la correspondiente ITE y al finalizar el ejercicio se conocerá cuál ha sido el grado de cumplimiento. Lo normal, atendiendo al análisis del acumulado, es que la responsabilidad y la sensatez de esas comunidades de propietarios sea muy alta: entre 2015 y 2019, por ejemplo, estaban obligados a hacerlo un total de 6.563 edificios residenciales y lo hicieron 6.466; es decir, el 98,52%, según datos aportados desde el Área de Planificación Urbana.

El panorama cambia cuando el horizonte es el conjunto de la CAV. Fuentes del Departamento de Vivienda estiman que al ritmo medio actual de ITEs registradas (puede darse el caso de que estén realizadas, pero no volcadas en Euskoregite), la previsión es rozar el 95 o 100% de cumplimiento de ITEs registradas en seis o siete años. “Pero no hay que olvidar que todos los años habrá edificios que cumplan 50 años que deberán pasar la ITE y teniendo en cuenta que esta debe ser renovada cada diez años”, apuntaban.

Cierto es que el estado de alarma y el confinamiento han impedido que se hayan podido llevar a cabo las inspecciones técnicas visuales que se hubieran podido hacer. Un trabajo de campo que ha quedado en suspenso y que podría tener algún reflejo en el próximo balance trimestral. De momento, esas interminables semanas han sido aprovechadas por la Administración vasca para rematar y poner en funcionamiento una nueva herramienta que permite a los profesionales realizar las ITEs on line y hacer el registro del expediente vía telemática.

El informe en cuestión debe contener una descripción general del estado general de elementos que componen la edificación: estructura, cimentación, fachadas, cubiertas e instalaciones; además de incluir el listado de obras necesarias para la reparación de las deficiencias observadas, en caso de haberlas, indicando la mayor o menor urgencia de las mismas teniendo en cuenta su gravedad. Dicho documento debe completarse con un informe sobre accesibilidad y un certificado de eficiencia energética del inmueble y solo puede ser realizado por personal técnico con titulación en arquitectura superior o técnica.

Tampoco parece ser que el aprovechamiento y ocupación de balcones, terrazas y miradores durante esta pandemia vaya a tener repercusión directa en la aparición de deficiencias o agravamiento de patologías del edificio. “Las sobrecargas necesarias para generar algo así son, en general, muy grandes no se dan esta situación”, ilustraban fuentes del Área de Planificación Urbana del Ayuntamiento de Bilbao. Otra cuestión, puntualizaban desde el Departamento de Vivienda, es lo que se haya hecho: “El uso indebido de ciertos elementos siempre puede acarrear problemas, haya confinamiento o no”.2 proviene del parque residencial. “Cuando un edificio rehabilitado consume no solo menos energía sino también menos dinero de sus habitantes y usuarios, el beneficio es innegable. Y el primer paso para eso es hacer la ITE”, apostillaban desde Vivienda.Eso sí, los beneficios de tener un edificio sano son incalculables. O sí... La conservación, mantenimiento y rehabilitación de los edificios contribuye a la sostenibilidad de pueblos y ciudades y a mitigar los efectos nocivos de la crisis climática. Aproximadamente un 17% de las emisiones de CO

Las deficiencias. Las obras que pueden derivarse de las ITEs están catalogadas en diferentes grados de urgencia. Las de grado 1, 2 y 3 son aquellas que se deben acometer de manera inmediata, en el plazo de 3 meses o en el plazo de 1 año máximo, respectivamente. Este tipo de obras son las que requieren un certificado técnico que justifique que se ha llevado a cabo, siendo necesaria su presentación en el Ayuntamiento. Las obras de grado 4 corresponden a las que pueden aplazarse más de 1 año y las de grado 5 hacen referencia a obras de mantenimiento.

El dinero. Los precios varían en función del tamaño del edificio y de su complejidad y algunos ayuntamientos han establecido campañas de ayudas públicas para llevar a cabo las inspecciones. Las ITES son la llave de acceso a las ayudas a la rehabilitación del Departamento de Vivienda: sin ITE no hay ayudas a la rehabilitación, que pueden llegar en algunos casos a más del 60% del coste de obra.