La próxima medianoche finalizarán 98 días de estado de alarma en España por una pandemia que ya ha causado más de 28.000 fallecidos y 250.000 contagiados, tres meses en los que se han dado multitud de estampas inolvidables, desde el acopio de alimentos y papel higiénico, a los aplausos a los sanitarios cada día a las ocho.

La epidemia nos dejará para el recuerdo muchas imágenes trágicas, calamitosas y funestas, pero también otras tiernas, solidarias o anecdóticas. Estas son doce de las estampas de la COVID-19:

El acopio de papel higiénico

La reacción de la ciudadanía fue inmediata al anuncio del decreto de estado de alarma: las estanterías de los grandes supermercados se quedaron sin algunos productos básicos, pero sobre todo sin papel higiénico, que fue acaparado de forma excepcional, aunque en aquellos días aún se desconocía que la descomposición intestinal sería uno de los síntomas atribuidos también a la Covid-19. Fue la primera fotografía más difundida de la pandemia.

Los tutoriales para hacer mascarillas

Aunque inicialmente las autoridades sanitarias no hicieron obligatorio el uso de mascarillas -luego se supo que fue porque escaseaban- enseguida se hicieron virales los vídeos para fabricar todo tipo de antifaces y tapabocas, mascarillas hechas con papel de horno y gomas de pollo, otras con una visera y un plástico y las que más, cosidas con trozos de tela.

Respiradores

Cuando la epidemia avanzó, las UCI de los hospitales se vieron sobrepasadas, las muertes crecían a centenares diarios y los médicos alertaron de que les faltaban máquinas para auxiliar la respiración de los afectados por neumonías graves. Surgieron decenas de iniciativas de ingenieros y empresas para diseñar y fabricar respiradores de campaña cuyos modelos se publicaron por doquier, como el proyecto participado por Seat, que utilizó un motor de limpiaparabrisas para bombear el aire.

Hospitales de campaña

La extensión y gravedad de la epidemia hizo que también faltaran camas, lo que obligó a improvisar hospitales de campaña con miles de camas en pabellones deportivos, recintos feriales y hoteles, sobre todo en las grandes capitales, anexos hospitalarios que fueron portada en todos los diarios.

Balcones y terrazas

Muchas personas han hecho "vida" en balcones y terrazas, espacios que convertidos en válvulas de escape de los confinados, al menos de los afortunados que disponían de este lugar en sus viviendas. Azoteas que sirvieron para hacer deporte, balcones para ofrecer espectáculos a los vecinos o aplaudir cada día a las 8 de la tarde el esfuerzo titánico del personal sanitario, en una iniciativa acompañada por la melodía de la canción 'Resistiré', vida vecinal que llenó muchos minutos de teleinformativos.

Desinfecciones

Otra estampa que refleja la gravedad de la epidemia es la de la Unidad Militar de Emergencia desinfectando aeropuertos, estaciones ferroviarias o residencias de mayores. También los Bomberos hicieron desinfecciones y voluntarios de Médicos sin Fronteras auxiliaron a 500 geriátricos en toda España.

Ciudades vacías de humanos y llenas de animales

Insólitas imágenes también fueron las de animales salvajes campando por las calles vacías de humanos en numerosos pueblos y ciudades de toda España. Jabalíes, ciervos, zorros, patos... se dejaron ver más que nunca ante la ausencia de las personas encerradas en sus casas.

Morgues improvisadas

El Palacio de Hielo de Madrid, que ha velado a casi 1.800 cadáveres, o el aparcamiento subterráneo del cementerio de Collserola en Barcelona, que tuvieron que refrigerar para guardar más de 3.200 féretros, han sido dos de las fotografías más impactantes de las morgues que se tuvieron que habilitar contra reloj ante la saturación de los servicios funerarios.

Primeras altas

De alegría estremecedora son los recuerdos de los primeros enfermos dados de alta de las UCI que salían encamados y arropados por los aplausos de todos los sanitarios y sanitarias que habían estado luchando durante días por salvarles la vida. Quizá de las imágenes más emotivas que ha dejado esta pandemia.

Disputas políticas

Ni siquiera con 27.000 muertos y decenas de miles de enfermos se aparcaron las disputas partidistas, que también han dejado para la hemeroteca momentos tensos, agrios y de una confrontación política inusitada, áspera e incomprensible para parte de la ciudadanía.

Residencias de mayores

De las dramáticas situaciones en las residencias de mayores, diezmadas por la pandemia, quedan estampas dantescas, pero también las tiernas imágenes de reencuentros con familiares, como el 'arco de los abrazos' habilitado por un geriátrico de Valencia o las caricias a los residentes de cuidadores vestidos de astronautas.

El doctor Fernando Simón

El epidemiólogo Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, se ha convertido en un icono de la pandemia. Memes, pins, camisetas, tazas, tatuajes...su rostro se ha hecho popular entre los españoles. Su voz "ronco-afónica", su naturalidad al explicar la tragedia, al dar datos que no siempre eran comprensibles, al responder a los periodistas diariamente todo tipo de preguntas, incluso personales, sin perder un ápice de aplomo, le ha convertido no solo en el portavoz oficial sino en el 'médico de cabecera' de la epidemia para muchos.

Además de lidiar cada día con los periodistas, ha tenido que superar también una infección de coronavirus, que le mantuvo unos días en cuarentena, y contra las denuncias presentadas contra él, todas archivadas, por no haber impedido las manifestaciones previas a la declaración del estado de alarma. Este médico zaragozano, de pobladas cejas, educación exquisita y amante de las almendras, pasará a la historia como el rostro que informó a los españoles cada día de una epidemia que quedará para los anales del país.