El aeropuerto de Bilbao empezará mañana a remontar muy tímidamente el vuelo con la incorporación del primer vuelo internacional, con destino a Frankfurt, que operará tras la pandemia del coronavirus.

Una búsqueda de la normalidad envuelta en todo tipo de medidas para prevenir la infección del covid-19, las cuales incluirán el próximo mes la toma de temperatura con una cámara termográfica a todos los pasajeros que lleguen a La Paloma .

La conexión que retoma el tráfico aéreo internacional llega de la mano de Lufhtansa y abre la escasa oferta de vuelos que estas vacaciones albergará la terminal de Loiu. El verano que apuntaba a ser el periodo con más actividad aeroportuaria en la historia de Bilbao, incluso con el estreno de seis enlaces, se va a quedar con tan solo 25 destinos posibles, dos tercios de ellos domésticos y el resto europeos. Todo eso si el coronavirus lo permite y las aerolíneas que han anunciado su próximo aterrizaje cumplen los planes. De todas maneras, tampoco va a ser para tirar cohetes, ya que las conexiones tendrán frecuencias escasas. Un ejemplo. Lufthansa ha previsto tres enlaces semanales con Frankfurt, su aeropuerto principal en Alemania por las conexiones con el resto del mundo que acumula, cuando, antes del 15 de marzo, volaba en cuatro ocasiones cada jornada. Otras rutas operarán un par de veces por semana y en vuelos internacionales solo se podrá conectar con las principales capitales europeas, a la sazón, Londres, París, Amsterdam, Bruselas, Oporto o Dusseldorf. También la compañía Volotea ha dicho que volará a la isla de Malta.

Es decir, la oferta prevista para este verano va a ser muy escasa ante, también, una más que posible demanda escuálida consecuencia del miedo imperante a viajar al extranjero. Las barreras todavía existentes en muchos países para evitar la entrada de extranjeros, con periodos de cuarentena de dos semanas incluidos, también limita la operatividad aérea en unas rutas que se irán incorporando a lo largo de julio, agosto y setiembre al panel de vuelos de La Paloma.

Por lo que se refiere a los enlaces domésticos priman Madrid, Barcelona, Málaga y Sevilla, que han mantenido varias conexiones semanales durante todo el estado de alarma, y se unen varias rutas a destinos veraniegos. Las islas se cubren casi todas, cuatro en las del Atlántico, Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, y tres en el Mediterráneo, Menorca, Palma e Ibiza. En cuanto a otros destinos vacacionales, se podrá volar a ciudades conocidas como Granada, Alicante, Murcia y Valencia, incorporándose como destino nuevo Castellón. Las autoridades locales, que gestionan el aeródromo que durante años estuvo inactivo, ven en Bilbao un emisor potente de turistas para la provincia mediterránea.

Vueling y Volotea vuelven a ser las aerolíneas que más apuestan por Bilbao, la primera con 15 vuelos y la segunda con una docena, mientras que Air Europa promete cuatro conexiones a partir de julio. El resto de compañías que operarán en Loiu, KLM, Eurowings, Brussels Airlines, Air Nostrum, Iberia y Ryanair ofrecerán tan solo un destino.

Todo listo

Desde el aeropuerto ya tienen todo listo para atender a los pasajeros según vayan llegando. En todos los mostradores de facturación se han instalado mamparas transparentes para impedir el contagio entre los viajeros y los empleados de las compañías. También se han instalado geles hidroalcóholicos en diversos puntos de la terminal y los suelos. Y tanto de la zona de Salidas como la de Llegadas, está sembrados de indicadores que marcan la distancia preceptiva de dos metros a la hora de establecer una cola de espera. Fuentes de Aena en Bilbao también confirmaron que el aeropuerto vasco incorporará a partir del 1 de julio cámaras termográficas por las que tendrán que pasar todos los pasajeros que proceden del extranjero con el fin de comprobar su temperatura corporal.

Además, el Passenger Location Card (PLC), el registro para la localización del pasajero que ahora se cumplimenta en el avión y se entrega en mano en el control de pasaportes, se digitalizará para contribuir también a un tránsito más fluido por el aeropuerto.

Así mismo, todo el personal, tanto de Aena, como de las diferentes empresas que prestan servicio en La Paloma cumplen con los requisitos de seguridad. Aunque a decir verdad, por ejemplo, el viernes poca actividad se veía. Tan solo operaron dos vuelos, uno a Barcelona con Vueling al mediodía y otro con Iberia a Madrid por la tarde. Las estadísticas del pasado mes han sido demoledoras. Solo se atendió a 1.996 personas, lo que significa un 99,6% menos que el mismo mes del año pasado. Es decir, la misma tónica que en abril, cuando los pasajeros contabilizados fueron 1.415 y que significaron una pérdida de un 99,7% comparando con el abril de 2019. Así que las tiendas y cafeterías de la terminal permanecen cerradas y tan solo se ve personal aeronáutico en las horas previas a la salida o llegada de las aeronaves. Una desolación que se mantendrá los próximos meses porque, a pesar de la oferta de las aerolíneas, es casi seguro que la demanda no está a la altura.