Desde hoy y hasta el próximo viernes, el BEC de Barakaldo acogerá los exámenes de HABE de los niveles B2, C1 y C2. En total, llegarán hasta el recinto ferial de Ansio cerca de 12.000 personas desde los tres territorios para hacer la prueba escrita de sus respectivos niveles. El último escollo antes de lograr el título, ya que en esta ocasión no habrá prueba oral como medida excepcional ante la pandemia.

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Mientras los estudiantes han estado puliendo cuestiones como las baldintzak y el ergatibo, para las autoridades la asignatura ha sido bien distinta; preparar un protocolo que permita la celebración de los exámenes con todas las garantías sanitarias. "Nuestro plan de actuación gira en torno a tres ejes básicos: el uso obligatorio de la mascarilla, el mantenimiento de la distancia de seguridad de dos metros y la limpieza de manos", indicó Jokin Azkue, director de HABE. A eso hay que añadir un aspecto básico: la responsabilidad individual. Así, las cerca de 1.600 personas que hoy, en cuatro turnos, se examinarán en el BEC deberán tomarse la temperatura antes de acudir a las instalaciones de Ansio, lugar al que, se solicita, que no lleguen con más de una hora de adelanto para evitar aglomeraciones. Allí, las puertas de acceso al recinto ferial estarán abiertas para que no sea necesario tocarlas y varios centenares de pegatinas marcan la distancia de seguridad entre personas en los pasillos de acceso a los pabellones del BEC, donde se harán las pruebas en varios turnos cada día. Antes de acceder al pabellón correspondiente, los examinados, que deberán traer de casa el material necesario para hacer la prueba, deberán lavarse las manos con gel hidroalcohólico. Cada pabellón contará con seis aulas en las que todo está colocado y medido para que en ningún momento se deje de respetar la distancia de seguridad. Así, en un espacio en el que antes se podía congregar a 3.000 examinados por turno, en esta ocasión serán entre 400 y 450, en torno al 15% del aforo máximo. "Podríamos haber optado porque vinieran más examinados en cada turno porque en esta fase de la desescalada se permite un porcentaje de aforo mayor, pero hemos primado que en todo momento se aseguren las distancias no solo entre los examinados, sino también entre los cuidadores y los examinados", apuntó Azkue. Eso se traduce en que los pasillos de cada aula permitirán que los cuidadores estén en todo momento a, como mínimo, dos metros de cada mesa.

Asimismo, los aspirantes tendrán que poner su DNI en la parte delantera de la mesa, bien visible, para que los cuidadores del examen no tengan que manipularlo en ningún momento. Cuando acabe la prueba, los examinados saldrán por filas y por los accesos traseros del BEC. De esta manera, se evitará que coincidan quienes acceden a examinarse y quienes ya hayan realizado la prueba. "Todo este protocolo es fruto de más de mes y medio de trabajo. No sabíamos exactamente qué condiciones tendría cada fase de la desescalada, pero teníamos claro que había que hacer el examen en cuanto las condiciones lo permitiesen", declaró Azkue.

Cuando los examinados enfilen la salida del pabellón, al igual que harán cuando entren, deberán lavarse las manos con gel hidroalcohólico y ya saldrán al exterior. En este sentido, también se ha trabajado para que no haya aglomeraciones tras el examen y, por ejemplo, en el metro se tomarán medidas de seguridad similares a las que se toman cuando hay conciertos o partidos de fútbol. Para todo ello, se ha trabajado en una mesa conformada por la dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno vasco, el servicio de prevenciones de Lakua, HABE, el CTB, Metro Bilbao y el BEC.

Por su parte, estos exámenes suponen la vuelta de la actividad pública del BEC tras tres meses de cierre al público. Un periodo en el que en el recinto ferial han trabajado en la realización de protocolos propios que permitan que la actividad del BEC se adapte a las normas sociosanitarias que marcarán la vida hasta que se encuentre una vacuna o medicamento muy efectivo contra el covid-19. "Han sido tres meses muy intensos de trabajo de puertas hacia dentro", declaró Xabier Basañez, director gerente del BEC. Primero, tuvieron que trabajar con las cancelaciones, luego en los protocolos poscovid y ya trabajan en las ferias de otoño, como, por ejemplo, la Bienal de Máquina Herramienta, las del próximo año y en la reprogramación de las que tuvieron que cancelarse. Una labor que llevan a cabo con la incertidumbre propia de un época en la que toda la sociedad vive marcada por la influencia de un virus.

12.100 personas. En los próximos siete días 12.100 personas acudirán al BEC desde los tres territorios para hacer los exámenes de B2, C1 y C2 de HABE.

Protocolo con tres ejes. El exhaustivo protocolo elaborado para el desarrollo con totales garantías sanitarias de estas pruebas gira en torno a tres ejes: uso de mascarillas, distancia de seguridad de dos metros y desinfección de manos a la entrada y la salida. A todo ello, habrá que añadir algo que es básico: la responsabilidad individual de cada uno de los examinados.

Entre 400 y 450 personas. En cada turno de los exámenes habrá entre 400 y 450 personas. Una cantidad de gente que supone, aproximadamente, una séptima parte, el 15%, de las 3.000 personas que se podían dar cita de forma simultánea en este tipo de pruebas antes de la pandemia.

Vuelve el BEC. Estos exámenes sirven también para que el BEC vuelva a la actividad pública tres meses después. El recinto ferial ha creado un protocolo para desarrollar con total seguridad, por ejemplo, la OPE de la Ertzain-tza y la Euskal Encounter en julio y la Bienal de Máquina Herramienta en otoño, entre otros eventos.