Sin ninguna perspectiva de que el turismo vaya seguir la gloriosa senda que en los últimos años le ha llevado a cifras de récord ni siquiera cuando el chaparrón coronavirus amaine, muchos propietarios de viviendas de uso turístico están optando por desplazarse al mercado de alquiler de larga duración. “Es una actividad que con este revés se tiene que reinventar”, asegura Álvaro Crespo, abogado y portavoz de la Asociación de Viviendas Turísticas de Bizkaia (Asovitur), quien expone que para muchos asociados la explotación de estos alojamientos era su única fuente de ingresos. Por ello, una parte de los propietarios está optando por darse de baja en el registro del Gobierno vasco para decantarse por el alquiler tradicional.

“Todas las reservas que tenían desde el 14 de marzo se han caído; además, actualmente no se puede realizar la actividad en ningún caso”, revela Crespo, quien representa a la asociación a la que antes de la crisis sanitaria pertenecían cerca de 200 propietarios. “La gente lo está pasando bastante mal. Todos estos meses ha habido cero ingresos mientras que los gastos asociados al mantenimiento se han mantenido”, afirma. En ese sentido, indica que tímidamente comienzan a tener alguna reserva a partir de julio. “Pero como no sabemos qué va a pasar tampoco tenemos la certeza de que en julio la gente vaya a poder facturar como antes”, reconoce.

En todo caso, expone que en mayo y junio no tienen ninguna reserva y, con suerte, esperan que julio comience a mejorar. Todas las reservas que ha habido son procedentes del Estado. De hecho, un estudio realizado con datos recogidos por Airbnb -principal plataforma en la que se anuncian este tipo de alojamientos- revelaba esta semana que Bilbao está entre los destinos más solicitados en las búsquedas realizadas desde Euskadi. Además, los requerimientos para estancias en Euskadi desde el Estado de entre una y cuatro semanas están ya al mismo nivel que las que se registraban antes de la pandemia, en febrero. Por contra, no cuentan con visitantes extranjeros. “Es lógico que los turistas de otros países se comporten de forma muy prudente a la hora de organizar sus viajes. Otros años había mucho turismo europeo y estadounidenses. Este año no lo esperamos”, manifiesta Crespo.

A pesar de que los pronósticos pueden mejorar, en este escenario en el que la incertidumbre es protagonista, muchos propietarios están optando por “cancelar la actividad presentando en el Gobierno vasco la notificación de solicitud de baja del registro”. De esa forma, están acudiendo a inmobiliarias o alquilando los pisos en otro tipo de plataformas, como Idealista, orientada al alquiler a largo plazo. “Pueden ser arrendamientos no vacacionales de cinco años, permanentes, a parejas o familias”, describe sin aventurarse a hacer una estimación sobre cuántos asociados han optado por este método de supervivencia. “Me consta que es un elevado porcentaje, sobre todo por parte de aquellos que solo tienen esa fuente de ingresos, que son más del 50%”, indica el abogado y portavoz de Asovitur.

Ayudas

Según los últimos datos aportados por el departamento de Turismo, el Gobierno vasco tiene censados actualmente 1.455 alojamientos en Bizkaia, entre los que 1.089 se corresponden a viviendas y 366 a habitaciones. “Hay mucha gente que depende exclusivamente de los pisos turísticos, es una actividad que requiere dedicación”, expone Álvaro Crespo. En ese sentido, indica que entre las ventajas de dedicar una vivienda al alquiler vacacional se encuentran el “no tener que firmar un contrato de arrendamiento a largo plazo con los riesgos que ello conlleva, como los impagos”. No obstante, sin ningún ingreso desde marzo, expone que los propietarios de estos pisos están pasando apuros, a pesar de que como autónomos han podido demorar algunos pagos.

Por ello, solicita “algún tipo de ayuda económica o exoneración de impuestos” al Gobierno vasco, para que la situación “no sea tan dramática”. Por de pronto, señala que desde el Departamento de Turismo no se han puesto en contacto con ellos, aunque les consta que la Mesa de Turismo se está reuniendo. “La gente de la asociación se ha portado muy bien. Cuando peor estaba la situación ofrecieron sus pisos al Gobierno vasco para que los pusieran a disposición de sanitarios y personas que estaban en primera línea”, revela. Desde el Departamento de Turismo agradecieron su buena voluntad, pero Crespo expone que ahora son ellos los necesitan ayuda.

“Hay mucha gente que depende exclusivamente de los pisos turísticos, requieren dedicación”

Abogado y portavoz de Asovitur