El Gobierno vasco destinará un total de 582.876 euros a reforzar la producción de mascarillas en Euskadi, ante un próximo escenario de uso masivo de este producto sanitario, tras constar que, como la mayoría de los países europeos, esta comunidad autónoma no estaba preparada para proveerse localmente de ellas.

Esta partida económica ha sido aprobada por el Ejecutivo vasco, a propuesta de la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxxa Tapia, quien ha ofrecido una rueda de prensa este martes, junto a otros miembros del Gabinete de Iñigo Urkullu, para dar cuenta de las distintas líneas marcadas por el Gobierno vasco para promover la producción local de mascarillas.

La primera de ellas estará destinada a reforzar la capacidad de producción mediante la citada subvención a las empresas Nueva Sibol y Oarso para la compra de maquinaria destinada a la creación de mascarillas quirúrgicas de uso general y de máscaras FFP2 y FFP3 para uso profesional.

Una medida que se adopta, según el Gobierno vasco, ante el incremento de la demanda "exponencial" de estos productos ocasionada por el COVID-19 y la "dificultad" de aprovisionamiento existente.

De esta manera, Nueva Sibol, ubicada en Zamudio, recibirá una ayuda directa a fondo perdido de hasta 394.585 euros (50 % del total) para un proyecto de inversión en una nueva línea de producción de mascarillas autofiltrantes tipo FFP2 y FFP3, con lo que triplicará su capacidad de producción y pasará de fabricar tres millones de estos artículos a diez millones al año.

Por otra parte, la nueva planta de productos sanitarios de Oarso en Hernani, perteneciente al Grupo Mondragón, se beneficiará de una subvención de hasta 188.291 euros, lo que supone el 50 % de la inversión necesaria para abrir una nueva línea de producción de mascarillas quirúrgicas que en seis meses le permitirá pasar de producir 60 millones a 120 millones de estos productos sanitarios.

Según ha desvelado Arantza Tapia durante la rueda de prensa, en una segunda línea de actuación, el Gobierno vasco, desde Sprilur, ha facilitado la constitución de la empresa Wolfratex con sede en Bergara, creada por compañías de diferentes sectores como Lazpiur, Grupo Egile, Embalan3 y Servimasa, para fabricar mascarillas quirúrgicas y especiales FFP2 y FFP3.

Un tercer proyecto, en colaboración con el departamento vasco de Educación y Teknika, consiste en la producción de mascarillas, confeccionadas con prolipropileno y celulosa en dos líneas de producción.

Según ha detallado Tapia, en la primera de ellas participan las empresas guipuzcoanas Uriasport de Ibarra, Decotena de Zumaia y el Centro de FP concertado Peñascal de Bilbao para coser 120.000 mascarillas, mientras que en la segunda este último centro junto a los centros AEG de San Sebastián ya han fabricado hasta el momento 20.000 de estos productos sanitarios, con una capacidad de producción de 4.000 por semana.

Finalmente, Tapia ha recordado la existencia de un grupo de industrias vascas que ya se han diversificado hacia la producción de mascarillas, sin abandonar su nicho original, junto a otras iniciativas industriales privadas que han reforzado esta línea de trabajo, como la empresa alavesa Grado Cero que ha adquirido siete máquinas para producir localmente con una capacidad de fabricación de 30.000 mascarillas a la hora.

Tapia ha concretado, en este sentido, que la crisis sanitaria ha generado nuevas necesidades a las que había que responder, en un momento en el que se puede decir que la industria vasca, "una vez más, ha estado a la altura".

La conseja ha anunciado además la disposición del Gobierno vasco a seguir "acompañando" a aquellas empresas que den pasos en la producción local de productos de necesidad sanitaria.