- El sector de la hostelería es uno de los más perjudicados por la crisis provocada por el covid-19. Desde hace más de un mes todos los establecimientos hosteleros permanecen cerrados a cal y canto. Sin embargo, con cero ingresos los profesionales de este sector deben seguir haciendo frente a infinidad de gastos y con gran incertidumbre aguardan el momento de la apertura. El sector está preocupado ante el futuro que le espera, no solo porque desconoce cuándo podrá volver a levantar la persiana sino porque tampoco sabe cómo se retomará la actividad una vez que finalice el estado de alarma.

En esta situación excepcional no todo lo relacionado con la hostelería permanece cerrado. En este caso, ellos no están detrás de la barra preparando cafés, ni elaborando pintxos, ni sirviendo una copa de txakoli. Desde sus oficinas en la Gran Vía de Bilbao, la Asociación de Hostelería de Bizkaia trabaja a destajo frente al ordenador para asesorar y gestionar numerosos trámites que necesitan realizar los más de 300 socios que integran la agrupación. Ellos no pertenecen a esas profesiones catalogadas como esenciales, pero en esta situación en la que el futuro de la hostelería de Bizkaia está en juego su labor es muy importante. Con su gerente, Héctor Sánchez a la cabeza de un equipo formado por dieciséis personas, sin escatimar esfuerzos, ni horas de reloj, trabaja sin perder la esperanza y dando respuesta a las miles de dudas que surgen en este sector que atraviesa por una situación delicada. "Estamos poniendo todo de nuestra parte, aunque no tengamos la posibilidad de darle al botón para que esas cantidades económicas lleguen a las cuentas de cada uno de los hosteleros en el menor tiempo posible", destaca, preocupado el gerente de la asociación de hostelería.

Joseba, Estibaliz, Mónica y Juncal son algunas de las caras de ese equipo que compone la asociación vizcaina y que han ayudado a tramitar en la mayor brevedad los ERTES en el sector; ellos se han encargado de pedir las solicitudes de desempleo, la prestación extraordinaria del cese de actividad de los autónomos y las ayudas ofrecidas por Lanbide, todo ello unido además a una información personalizada a cada uno de ellos. "Esta siendo un trabajo laborioso, continuo porque a diferencia de lo que estábamos acostumbrados, ahora, las normas se redactan deprisa y hay muchos errores. Todo va muy deprisa, se improvisa. La realidad va tan rápido y se necesitan de tantas medidas para solventarla que lo que vale hoy, mañana no sirve", relata Sánchez.

Mientras tanto, el expediente de regulación temporal de empleo se muestra de momento como una de las alternativas para paliar esta dura crisis. "Lo que tienen son los ceses de actividad, el paro del autónomo que están cobrando el 70% de la base reguladora de cada uno. El que esté pagando una cuota mínima en la seguridad social puede cobrar unos 690 euros. Con eso hay que vivir y afrontar todos los gastos".

En este sentido, desde la asociación vizcaina se muestran confiados en las ayudas de las administraciones. "Los ayuntamientos ya han anunciado paquetes de medidas en las que se incluyen la condonación de algunas tasas, en partes proporcionales o completas. Nos gustaría que fuera lo máximo, pero entendemos que los fondos públicos son los que son y que el dinero no llega para todo".

El teléfono en la asociación no para de sonar. Héctor ha mantenido conversaciones con la Diputación de Bizkaia, con los ayuntamientos y Gobierno vasco para transmitir las dudas de un sector tocado. "Sabemos que no va a ser fácil, pero pedimos un esfuerzo. Se lo hemos pedido a la Diputación que también está organizando un paquete de medidas de apoyo al sector; al igual Gobierno vasco que también están articulando medidas en la misma línea. Esperemos se empiecen a concretar cuanto antes porque la gente necesita en esta situación de incertidumbre un rayo de luz. Es importante tener un poco de esperanza", aclara.

Como asociación de Hostelería, en la medida de lo posible han intentado reducir gastos a sus asociados para eliminar gastos a los que deben seguir haciendo frente. "Los tramites de los ERTES a todas las empresas los hemos realizado sin ningún coste y hemos aplazado las cuotas laborales de marzo y abril y veremos qué ocurre con mayo", relata el gerente. El objetivo es ayudar a este grupo de empresarios que son quienes dan vida a la asociación. "Nos debemos a ellos. Con la tramitación nosotros de los ERTES hemos ahorrado a los asociados alrededor de 150.000 euros. Desde que se inició todo esto hemos llevado a cabo 350 tramitaciones de expedientes de regulación temporal de empleo".

La apertura en el aire

A medida que transcurren los días los miedos aumentan en este sector muy castigado por el covid-19. En un primer momento se planteó un cierre para 15 días, pero nada más lejos de la realidad. Ya va más de un mes con la hostelería totalmente clausurada. Nadie duda ya de que la situación de alerta sanitaria pueda prolongarse al menos hasta mediados de mayo y ahí es donde radica uno de los principales miedos que tiene el sector, "la incertidumbre de no saber hasta cuándo". "No saben hasta cuándo y mientras tanto deben seguir pagando alquileres, gastos de luz, tasas de agua,...".

La fecha para volver a abrir sus negocios está todavía en el aire, aunque confían que sea lo más rápido posible, siempre y cuando el peligro del virus desaparezca. No cabe duda que la fecha de reapertura dependerá de lo que marque Sanidad. Sin embargo, el sector ya tiene puesta la mirada más allá de esa fecha. El cuándo es importante, pero el cómo también lo es. La actividad no se retomará del mismo modo. "Por eso será imposible mantener la plantilla. Estamos peleando para que exista una flexibilidad en los ERTES. Hemos pedido que se mantenga hasta que el negocio pueda ser rentable".

Desde la asociación lanzan un mensaje optimista y ya piensan en las ayudas que podrían articular una vez que los negocios vuelvan a levantar la persiana. Todo con un único objetivo: que el porcentaje de supervivencia del sector de la hostelería sea el máximo posible. "Si podemos seguir todos los que estábamos sería un éxito". Para ello, según apunta Sánchez, es clave la implicación de la ciudadanía: "La forma de vivir que tenemos la hostelería es una seña de identidad y perderla sería un verdadero drama", concluye el gerente de la asociación.