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Procesiones en el súper

Colas para hacer la compra en los supermercados

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L éxodo fue inevitable. En lugar de maletas, se vieron carritos rebosantes como si no hubiera un mañana. Y a falta de cofrades con capirote, sobraron costaleros que hacían colas interminables para acceder al súper. En el aire, en vez de tambores, sonaba una pregunta recurrente: "Pero, ¿el sábado abrís, verdad?". "Sí, señora, abrimos", contestaban las cajeras al unísono como una banda de cornetas de Semana Santa, hartas ya de vivir su calvario por adelantado.

Ante el temor al cierre durante varios días consecutivos de los supermercados en plena ola de coronavirus, con toda la familia merodeando la nevera ávida de llevarse algo a la boca, los vascos se echaron ayer a las tiendas. Peregrinos con guantes y mascarillas aguardando pacientemente su turno para entrar, dado que la necesidad de respetar la distancia de seguridad, limita mucho el aforo en las superficies comerciales.

En Mercadona de Basauri, eran las 14.00 horas y Begoña no daba crédito. "Es que la cola da la vuelta al parking. He pensado en volver mañana (por hoy), pero estará todavía peor. Espero lo que haga falta y entro, porque aquí el sábado no se puede venir. Va a ser de locos". Un poco más arriba, en Bilbondo, la escena no era más reconfortante. "No me importa esperar. No hay nada que hacer. Pero venir a la compra y ver estas aglomeraciones genera una ansiedad y un estrés que antes no existía", resalta Iñaki que lo sufre como un penitente. Y un poco más lejos, en Artea, en algunos momentos de la mañana, el tiempo para acceder sobrepasó los 45 minutos. Esperas sin devoción pero con mucho sentimiento... de cabreo.

Y aunque las empresas de distribución y las grandes cadenas intensifican esfuerzos para garantizar el suministro, el personal se confiesa saturado y sobrepasado. "Eso que no ha tenido nada que ver con lo que sucedió en la primera semana, aquello parecía la guerra", dice Inés, que repone fruta en su Vía Crucis particular. "Nos cansamos de decir que vengan después de las tres, que esto está más tranquilo, pero ni caso", clama al cielo sin mucho eco.

Conscientes de que la peregrinación a sus centros iba a ser más grande que a La Meca, las tiendas de Eroski llevan días anunciando que abrirán el próximo sábado media hora antes, en concreto, a las 8.30 horas. Y sabedora de que los súper son estos días lugares de culto, la cadena Lidl también abrirá los festivos en aquellas comunidades en las que la normativa lo permita, con el objetivo de repartir la afluencia de clientes en varios días y evitar las aglomeraciones. Las colas se volvían a repetir ante farmacias, estancos y hasta los bancos, como si acabaran de ser declarados bienes de interés turístico.

Pero como el verdadero camino de peregrinación va en dirección a Mercabilbao, el colectivo de mayoristas del sector de pescado hizo público ayer que abrirá el sábado para la compraventa de productos del mar. "En su afán por contribuir al abastecimiento de la población con motivo de la pandemia del covid-19, ha decidido de forma excepcional autorizar la apertura de la sección de Pescado el próximo sábado", rezaba una nota. De este modo, el acceso a las empresas detallistas estará abierto a partir de las 5.30 horas de la madrugada. Sin embargo, los mayoristas de fruta y verdura permanecerán ese día con sus puestos cerrados. Será que en Cuaresma, lo verde, no se lleva. Curiosamente, ayer los establecimientos de bacalao eran otros de las grandes protagonistas de la jornada.

Planificar las compras es el gran mantra de la Semana Santa, por lo que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ya puso en marcha el lunes una campaña destinada a concienciar a los ciudadanos sobre la conveniencia de organizar las salidas y apostar por el comercio de proximidad para reducir la movilidad y minimizar el riesgo de contagio. Asimismo reclamaba planificar el consumo, elegir productos de manera responsable y hacer un esfuerzo para no salir todos los días de casa,

De hecho, algunas policías locales advierten de cierta relajación en el confinamiento en varios municipios vascos. Así, por ejemplo, la Policía Municipal de Eibar advirtió ayer de "esa gente que sale a la calle a no hacer nada o a realizar compras absurdas, con una o dos cosas cada vez". Por lo que recordó que a los ciudadanos incumplidores "se les va a denunciar". Porque a estas alturas de encierro, todo el mundo sabe ya que no hay mejor excusa para salir de casa que hacerlo con una bolsa de Carrefour bajo el sobaco.

Pescado fresco

El colectivo de mayoristas de Pescado acordó abrir adicionalmente el sábado, para la compraventa de productos del mar. Los mayoristas de fruta y verdura cerrarán ese día sus puestos.

30% más carne

En contraste con las compras entre el 9 y el 22 de marzo, cuando los consumidores almacenaron arroz, pasta, legumbres y conservas, ahora repuntan los productos frescos. La subida más llamativa se registra en la carne, sube el 29%, aunque también aumenta el consumo de frutas, hortalizas y patatas.

Caprichos

El confinamiento ha modificado los hábitos de compra y los 'productos capricho' se disparan. Se venden muchas más patatas fritas, aceitunas o anchoas. El chocolate ha subido un 79,04%; el helado, un 76%, y la harina, un 196%.

Récord de vino

El alcohol sigue siendo el gran protagonista del confinamiento, sobre todo la cerveza y el vino, que alcanzan ventas de récord. Sin embargo, a los usuarios ya se ha pasado la fiebre del papel higiénico.