A convivencia entre los miembros de la familia puede verse alterada tras la vuelta de los hijos e hijas que estudian o trabajan fuera y que debido a la situación de confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus han tenido que regresar a sus hogares paternos tras el cierre de las universidades o el cese de actividad en sus trabajos.

El regreso forzado puede ocasionar ciertos problemas en la vida cotidiana de la familia, fundamentalmente por los diferentes ritmos de vida de cada uno y porque cada persona tiene sus rutinas y su forma de hacer las cosas. Basándose en esta situación concreta, el Servicio de Mediación Familiar del Gobierno vasco establece la necesidad de un reaprendizaje familiar con el fin de compartir y disfrutar de este tiempo de convivencia y buscar el equilibrio.

Para conseguirlo, los técnicos del servicio creen necesario abarcar dos aspectos: por un lado, encajar la realidad a la que se enfrenta la familia y, por otro, colaborar de forma conjunta para afrontarla. Ante todo, consideran importante recordar que estamos ante una situación transitoria y que todas las personas tienen que hacer lo que esté en sus manos para que la convivencia sea lo más agradable posible, relativizando los conflictos que tengan lugar.

Partiendo de la situación excepcional de la vuelta a casa de estos jóvenes, el Servicio Vasco de Mediación Familiar cree conveniente la necesidad de establecer unas pautas para garantizar una convivencia en armonía.

la convivencia

Repartir las tareas domésticas, teniendo en cuenta los puntos fuertes y la predisposición de cada uno por las mismas.

Establecer los horarios que se van a seguir en casa, respetando las horas de estudio, en el caso de que haya algún universitario, y de teletrabajo, en el caso de estar utilizando esta modalidad de trabajo.

Compartir momentos. Volver a casa y la necesidad de estar confinados en familia puede dar la oportunidad de compartir un tiempo del que habitualmente no se dispone. Comer juntos, ver alguna película, jugar a juegos de mesa. etc. Estos momentos y actividades, además de hacer el día más llevadero, pueden contribuir a un acercamiento familiar.

Aprender de los demás. En relación al punto anterior, también puede ser un buen momento para que aprendamos unos de otros, ya que estos días se puede aprender a cocinar, planchar, utilizar las nuevas tecnologías, etc. con la ventaja de tener al profesor en casa.

Respetar los momentos de intimidad de cada persona. Las personas necesitamos nuestros espacios y momentos de intimidad, por lo que es importante respetar los espacios de cada uno. Debemos entender que estar juntos en casa no significa tener que estar el 100% del tiempo juntos.

Organización de cuestiones pendientes. Este tiempo de vuelta a casa, puede ser un buen momento para reorganizar alguna cosa que hubiera pendiente -limpieza de armario con ropas antiguas que no sirven, no se usan o ya no se quieren, hacer algún tipo de arreglo en casa, etc.-, así como una oportunidad para ver fotos y vídeos de hace años, ya que recordar tiempos pasados resulta una experiencia agradable.