Centrados en los sectores de la población más afectados por la infección de coronavirus, el Servicio Vasco de Salud ha implantado un programa que brinda apoyo psicológico a sanitarios, pacientes y familiares. “Es un programa de Osakidetza para profesionales de Osakidetza. No se contrata a gente de gabinetes ajenos, es ofrecido por los propios profesionales con cualificación contrastada, psicólogos, psiquiatras, enfermeros especializados en psiquiatría y, por supuesto, residentes que también colaboran”, asegura el coordinador del plan, José Martín Zurimendi, jefe de Psiquiatría del hospital de Galdakao y secretario del Consejo Asesor de Salud Mental del Departamento.

Y es que, aunque a priori, los profesionales que trabajan a destajo estos días para combatir al covid-19 parecen los más sometidos a la gran carga de estrés que puede pasarles factura psicológicamente, también lo están los pacientes y sus familiares. Todos ellos atraviesan una situación de gran ansiedad, miedo y bloqueo que, en ocasiones, requiere de ayuda especializada. Por ello, todos los servicios de psiquiatría, junto a los centros de salud mental, tienen consensuado un programa con unos teléfonos de referencia. Así, pacientes, familiares y los propios profesionales sanitarios reciben apoyo psicológico para aliviar el estrés emocional derivado de la enfermedad.

Dicho plan arrancó a mediados de marzo en el hospital de Galdakao y, a continuación, en Txagorritxu, dos de los hospitales que sufrieron más presión asistencial al principio de la epidemia. Posteriormente se incorporaron otros hospitales porque se han unificado todos los apoyos psicológicos en un mismo programa coordinado por el Consejo Asesor de Salud Mental.

En el hospital de Galdakao empezamos con un equipo de enfermería psiquiátrica que comenzó a dar apoyo a los profesionales de la Urgencia y para hacer de mediación entre las familias angustiadas y los sanitarios. Eran el nexo de unión entre los clínicos y las familias muy agobiadas y que, por ejemplo, querían esperar allí mismo a que les hiciesen las pruebas de diagnóstico del coronavirus. Les aconsejábamos que mejor que esperasen en casa porque iban a tener menos riesgo y les tranquilizábamos”, explica Martín Zurimendi.

Otra parte del programa consiste en que los psicólogos clínicos, con apoyo de los psiquiatras, atienden a pacientes hospitalizados en planta por covid a través de teléfonos específicos. También se intenta facilitar la comunicación entre pacientes y familiares. No en vano, los parientes de las personas hospitalizadas afrontan una dura espera sin visitas y con una información demasiado mediatizada por cifras muy negativas y poco esperanzadoras. Una angustia sostenida en el tiempo porque falta ver, tocar y acompañar a los seres queridos que están en riesgo.

La tercera pata del programa contempla específicamente el apoyo a los propios profesionales, con entrevistas personales o sesiones con pequeños grupos y técnicas de relajación como mindfulness.mindfulness “Es la primera vez que se enfrentan a algo así y muchos precisan de estas ayudas. Por eso estamos extendiendo estas técnicas a todos aquellos profesionales que así lo deseen a través de videoconferencias. Si ahí se detecta que alguien necesita una atención más intensa porque está muy afectado, siempre puede recurrir a los servicios psiquiátricos o psicológicos”, subraya Martín Zurimendi. Un plan que funciona prácticamente igual en todos los hospitales vascos a través de números de contacto telefónico por si alguien detecta que se encuentra mal. No en vano, la sensación de malestar afecta en mayor medida a este personal sometido a un gran desgaste emocional, así como frustración e impotencia. De hecho, el esfuerzo que realizan los profesionales puede soportarse durante un periodo de tiempo determinado, pero si la situación se prolonga puede acarrear serias repercusiones psicológicas.