BILBAO. Quienes la conocieron coinciden en una máxima: llevaba la política en la sangre, era de refrescar al día todas la noticias de actualidad en esta materia en la que, además, siempre aportó y se entregó con sapiencia adquirida durante años. María Pilar Elorriaga Gandarias fue candidata a la alcaldía de Forua por EA en las elecciones municipales de 2003 y asimismo a concejala como independiente en la última plancha de EAJ/PNV por la misma localidad. Nacida en Forua el 4 de diciembre de 1949, falleció a punto de cumplir los 70 años. Deja marido, Félix Cruz, y dos hijos: Óscar y Virginia. Ella, tan querida, y conocida en el municipio de Busturialdea y cercanías como Mari Pili Anporranekoa, una mujer progresista y aber-tzale hasta la médula.

Al actual alcalde de Forua, Mikel Magunazelaia, le falta diccionario para agradecer la entrega humana y política de su buena amiga, quien aún estando enferma quiso estar presente en la fotografía de su equipo, aunque fuera agregada por Photoshop. Ese apoyo hizo que fuera aún más admirable. De hecho, el máximo mandatario tiene una tras otra palabras de respeto superlativo a su persona.

Magunazelaia -junto a sus compañeros de equipo presentado en los últimos comicios municipales- transmite con la nobleza que le caracteriza que corría el año 2003 cuando junto con un grupo de forutarras Mari Pili decidió dar un paso adelante y presentarse como cabeza de lista de Eusko Alkartasuna al Ayuntamiento de Forua. Hace tres lustros, por lo tanto, “su objetivo fue el que siempre le movió: la mejora de nuestro pueblo”, enfatizan con cariño.

Pasaron los años y Elorriaga se mantenía como referente, “una forutarra con criterio que siempre había de ser escuchada”, apostillan. De hecho, al arrancar la precampaña de 2018, la organización municipal de EAJ/PNV se marcó como objetivo la elaboración de un programa que califican de ambicioso. “Queríamos lograr un documento base que recogiera todas y cada una de las necesidades que los y las forutarras nos trasladaban en las numerosas reuniones que mantuvimos con asociaciones y colectivos vecinales. Y ahí estaba una vez más Mari Pili fomentando, aportando, siempre en positivo, siempre con sus convecinos, siempre con Forua en su mente”. El hoy alcalde comprendió rápido que ella era una pieza clave de cara a entender la realidad y diversidad de Forua. “Una mujer especial, cercana, de compromiso abertzale intachable, progresista y sobre todas las cosas, una mujer de paz”, coinciden.

La conexión, por lo tanto, fue inmediata. Magunazelaia reconoce y dice bien alto que aprendió mucho de ella, “no en vano llevaba la política en la sangre tanto es así que seguía la actualidad con tal ardor que no perdía prenda”.

“Compromiso social”

El programa jeltzale de la bonita localidad se fue elaborando con las aportaciones de vecinos y vecinas, “entre ellas como no podía ser de otra manera, de nuevo Mari Pili”. Para ello, fueron incontables las tertulias e intercambios de opiniones, hasta que un día aquel joven aspirante a regidor se lanzó a ponerle sobre la mesa la posibilidad de ser parte del proyecto de EAJ-PNV para Forua. “Y ahí estaba, una vez más, Mari Pili fiel a su compromiso social, me dio el sí a la participación en el proyecto. Así fue como se sumó al grupo con el que nos presentamos a las elecciones municipales de 2019”, pormenoriza, quien valoriza que Mari Pili estaba enferma, sin embargo, participó activamente en la campaña como candidata independiente dentro de la plancha jeltzale.