BILBAO. Según ha informado la ONG, a través de su misión en la isla de Quíos (Grecia) han sido testigos durante todo el verano de un repunte en las llegadas de pateras desde Turquía. De esta forma, en 2019 más de 3.000 personas se han "jugado la vida" en el mar por alcanzar suelo Europeo a través de esta ruta. Supone un 52% más que en el mismo periodo del año pasado.

La situación en el campo de refugiados de Vial (Quíos), donde SMH tiene una clínica de asistencia primaria, es "insostenible. Hay alrededor de 3.000 personas, muchas de ellas duermen cada noche al raso", ha destacado.

En el resto de asentamientos de las islas del Egeo, la población llega hasta las 25.000 personas. Entre ellas, un 22% son mujeres y un 36% menores de edad. "Una cifras que recuerdan a la peor época de la crisis humanitaria", ha dicho, para añadir que "el dato más duro de esta emergencia se sigue dando en el mar: más de 928 personas se han ahogado en lo que llevamos de 2019".

El buque Aita Mari ha pedido permiso a la Autoridad española para trasladarse al Mediterráneo y realizar ayuda humanitaria en este contexto. Durante el último mes y medio ha permanecido en el puerto de Pasaia para mejorar las instalaciones a bordo. Anteriormente, en su última singladura, cruzó el mar para llevar un cargamento de emergencia a las islas de Quíos y Lesbos.

En ese viaje constató, además, la ausencia de una misión en el mar de búsqueda y rescate comandada por la Unión Europea. "Los hechos de los últimos meses han demostrado que esta política genera sufrimiento extra en el viaje migratorio. Así, las personas que se juegan la vida zarpando desde el Magreb y el norte de África no saben si serán capturadas de nuevo por los traficantes o si se quedarán solas a la deriva, esperando una ayuda que, muchas veces, llega demasiado tarde", ha concluido.