Las ofertas de trabajo de FP superan a las de la universidad

Las posibilidades de colocación que ofrece la FP han hecho temblar el prestigio que históricamente ha acompañado a la universidad. Todavía esta opción sigue siendo mayoritaria entre los jóvenes (18-29 años), pero la FP le pisa los talones cuando hace tan solo una década no gozaba de buena reputación. Según los últimos datos del Observatorio Vasco de la Juventud, el 51% de este colectivo elegiría estudiar una carrera. Sin embargo, de 2013 a 2019 ha crecido “notablemente” el número de jóvenes que se decantaría por estudiar un ciclo formativo, el 40%. La principal razón aducida es que “así hay más posibilidades de encontrar trabajo”. El 75% de quienes elegirían cursar un ciclo formativo superior opina así. Y no les falta razón.

Según la patronal vasca Confebask, la previsión de los perfiles formativos más demandados por las empresas vascas (48,2%) en 2018 fueron los ciclos formativos de FP, con 15.000 ofertas, frente al 28% de los puestos que precisaron un perfil universitario. Fabricación Mecánica fue la rama más demandada y las ingenierías entre los perfiles universitarios. Cuatro ramas profesionales captaron el 69% de las demandas de empleo futuras (Fabricación Mecánica, Electricidad y Electrónica, Instalaciones y Mantenimiento e Informática y Telecomunicaciones). Otros ciclos como Administración y Gestión o Comercio y Marketing perdieron peso respecto a 2016. Este último curso la matriculación en la FP siguió creciendo un 3,5% a pesar de la salida de la crisis económica, situándose en los 42.353 alumnos y alumnas. Del total, el 55% optó por ciclos vinculados a los servicios y el 45% a ciclos industriales. Tomando como referencia los datos del curso 2017-2018, el 96,2% de los titulados fueron contratados al día siguiente de finalizar los estudios.

¿Falta de cualificación? El Informe sobre Necesidades de Empleo y Cualificaciones de las Empresas Vascas apunta que seis de cada diez universitarios a los que se preveían contratar en 2018 eran ingenieros. En concreto se proyectaba la contratación de 5.200 ingenieros e ingenieras, casi un 40% más que dos años antes. En general, los estudios de las ramas STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) son los que realmente se llevan el gato al agua del mercado laboral vasco. No en vano, dos tercios de los las personas con formación universitaria que preveían fichar las empresas pertenecían a este grupo. En concreto, se ha incrementado un 6% la demanda de los perfiles cientificotecnológicos desde 2016.

Pese a que la población vasca es una de las más formadas de la Unión Europea, seis de cada diez empresas vascas afirman que siguen teniendo dificultades para cubrir los puestos por la falta de cualificación del candidato; y cinco de cada diez, por su falta de experiencia. En numerosas ocasiones se culpa a la universidad por el alto componente teórico de las carreras. Por este motivo, las tres universidades de Euskadi han incorporado a sus respectivas ofertas académicas más de una veintena grados y másteres en alternancia.

Siguiendo la vía abierta por la FP dual, los universitarios que eligen este modelo formativo pionero en el Estado realiza entre el 25% y el 50% de la titulación en una empresa colaboradora. Además, este año el Gobierno vasco ha dado un paso de gigante para impulsar la pasarela entre la FP y la universidad, facilitando al alumnado que finaliza un Grado Superior complete su preparación y su itinerario formativo en la universidad. Así, el Departamento de Educación ha suscrito un acuerdo con la UPV/EHU, Mondragon Unibertsitatea y la Universidad de Deusto para que reconozcan una serie de créditos entre las titulaciones de FP y las carreras.