Donostia - “Cadenas de custodia de pruebas comprometidas, testigos económicamente inducidos, un testigo que dijo que le habían amenazado para testificar contra Pablo y decisiones del juez que ponen en tela de juicio su imparcialidad”. Todo estas irregularidades y muchas más hacen que Andrés Krakenberger, como tantas otras personas que le han acompañado en su lucha, hayan vivido el juicio con angustia.

De ese listado de irregularidades ha sido también testigo Rocío Sañudo. “Una camiseta que cuando se analizó no tenía nada de ADN y años después sí. Hemos visto cómo manipulaban los casquillos de bala delante de nosotros y digo más, la mujer del juez estaba en el equipo de fiscalía cuando el Tribunal Supremo perdió. ¡Ella pierde y cuando se reabre el juicio su marido es el juez!”, apunta esta profesional en referencia al juez Dennis Bailey. Tiene anotados muchos más detalles, como el “misterioso” borrado de cintas de vídeo, detalles que también ha ido sumando la defensa que, según le comunicó, afirma tener “artillería suficiente para poder apelar de nuevo y conseguir un nuevo juicio”.

Incluso las mismas pruebas en forma de cintas que sirvieron para absolver a Seth Peñalver, acusado inicialmente junto a Ibar, fueron calificada como irrelevantes por Bailey, como recuerda Andrés Krakenberger. “En esas citas se ve cómo dos personas amenazan a Sucharski y ninguna es Pablo Ibar”, asevera.

Esta suma y sigue de anomalías han hecho que Ibar estuviera el miércoles sentado en un banquillo a la espera de que un jurado pudiera volver a sentenciarle a muerte. Finalmente, fue sentenciado a cadena perpetua, que no es poco. - A. L.