Ondarroa - Los puertos vascos han registrado la primera entrada importante de anchoa desde que diera comienzo la pesquería. La cofradía de pescadores de Ondarroa recibió ayer la descarga de las capturas realizadas por 65 embarcaciones con base en Bizkaia, Cantabria y Galicia con un total próximo a los 600.000 kilos. En la tarde del lunes el puerto vizcaino subastó más de 250.000 kilos de anchoa capturada durante el día. Con todo, Ondarroa ha contabilizado la entrada de cerca de 750.000 kilos en apenas 24 horas.

Esta masiva entrada de anchoa permitirá a los consumidores disfrutar de las excelencias de este pescado azul, con una frescura insuperable y un precio asequible. La cotización del pescado osciló en función del tamaño de los ejemplares comercializados. La mayoría de la anchoa descargada presentaba un tamaño superior a las cuarenta unidades por kilogramo. Una pequeña partida de pescado de treinta unidades se vendió por encima de los cuatro euros. La anchoa de hasta cuarenta ejemplares por kilo se mantuvo por encima del euro, en tanto que las partidas de pescado más joven cayeron por debajo del euro.

“Ha sido una auténtica lotería. En la misma zona de pesca algunos barcos han logrado capturar anchoa de un tamaño aceptable y otros no hemos tenido tanta suerte y nuestro pescado ha sido de menor tamaño y ni siquiera se ha vendido a un euro el kilo”, se lamentaba el patrón de un pesquero vizcaino. Los primeros lances de pesca se produjeron a partir de las 10.00 horas del lunes a pocas millas de la costa de Getaria. Posteriormente, durante la noche, la zona de pesca se desplazó hasta el este, donde los bancos localizados correspondieron a anchoa joven. Así, una vez realizadas las descargas en puerto, en la jornada de ayer los barcos pusieron rumbo hacia el oeste para concentrarse a pocas millas de la costa de Ea. “Haremos todo lo posible para localizar anchoa grande porque es la que mayor cotización alcanza en lonja. Si vendemos el pescado a 70 u 80 céntimos nuestra actividad no resulta rentable”, subrayaban ayer desde el sector de bajura.

El atún, hacia el norte Por otro lado, una investigación liderada por AZTI que analizó el impacto del cambio climático en las especies de atún más importantes prevé que los túnidos templados como el bonito del norte, el atún rojo atlántico y el atún rojo del sur se desplacen hacia los polos. El patudo, por su parte, disminuirá en los trópicos para desplazarse a zonas más templadas. Por contra, el análisis pronostica que el listado y el rabil -especies que capitalizan las capturas mundiales de túnidos- se vuelvan más abundantes en las zonas tropicales, así como en la mayoría de las zonas de explotación de los países costeros.

El estudio estuvo dirigido por los investigadores de AZTI Haritz Arrizabalaga y Maite Erauskin-Extramiana. “Durante el periodo histórico analizado (1958-2004), los límites de distribución del hábitat de los atunes se han desplazado hacia los polos a una velocidad de 6,5 kilómetros por década en el hemisferio norte y 5,5 kilómetros por década en el hemisferio sur. En base a la influencia del cambio climático, en el futuro se esperan cambios todavía más acusados en la distribución de los atunes y en su abundancia, especialmente a finales del siglo (2080-2099)”, aseguró Arrizabalaga.

El estudio pretende explicar lo que ocurrió en el pasado y predecir lo que acontecerá en el futuro, de manera que los países y flotas pesqueras puedan pensar en estrategias de adaptación a las nuevas circunstancias. “Los túnidos son recursos de gran importancia económica y una fuente de proteína clave para gran parte de la población. Con el cambio climático, su distribución espacial está cambiando y con ella las oportunidades de los distintos países de acceder a esta fuente de riqueza”, subrayó por su parte Erauskin-Extramiana.

El estudio, publicado en la revista científica Global Change Biology, fue impulsado por AZTI (Centro tecnológico experto en innovación marina y alimentaria) en colaboración con el ICM-CSIC de Barcelona y Csiro de Australia, y cuenta con el apoyo del Gobierno vasco y de la Fundación Biodiversidad.