DONOSTIA. El diputado guipuzcoano de Cultura, Denis Itxaso, y el teniente alcalde de Donostia, Ernesto Gasco, han presentado hoy este hallazgo junto al arqueólogo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi Alfredo Moraza, quienes han comparecido ante la prensa frente al número 4 de la calle San Lorenzo, donde ha tenido lugar el descubrimiento.
Según ha desvelado Moraza, las vasijas, de cerámica y todas iguales, tienen 1,10 metros de diámetro y 1,50 metros de alto, y se encuentran aún semienterradas en el suelo a la espera de que la intervención arqueológica que se está desarrollando permita liberarlas completamente.
Moraza, quien no descarta que aún aparezcan nuevas tinajas porque el yacimiento se extiende fuera de la zona de trabajo actual, ha aclarado que, cuando fueron descubiertas, las vasijas estaban completamente enterradas salvo la boca por la que se vertía el aceite en su interior.
El experto ha detallado que, "alrededor de ellas, aún se podía apreciar la tierra manchada por la grasilla del aceite de ballena que se iba escapando", un producto que en aquella época era "de gran valor" porque, entre otros usos, se empleaba para la iluminación de las calles.
El investigador ha precisado que este aceite era traído desde Terranova (Canadá) mientras que el de oliva llegaba desde Andalucía, tras lo que se almacenaban en este tipo de depósitos cerámicos a la espera de ser "recomercializado" en otros puntos o poblaciones.
El diputado de Cultura, Denis Itxaso, ha precisado que las tinajas, que serán trasladadas tras su extracción al depósito de materiales arqueológicos de la Diputación, Gordailua, situado en Irun, son "muy similares" a otras diez que fueron encontradas hace una década durante otras obras en el área de La Brecha, distante muy pocos metros del portal del nuevo hallazgo.
Aquellas diez tinajas halladas en 1998, que sirvieron entonces para confirmar la utilización de esta zona de la ciudad con fines comerciales desde hace al menos cuatrocientos años, también fueron confeccionadas en arcilla pero eran mayores, ya que medían 1,70 metros de altura, 1,30 de diámetro, y 5,30 de circunferencia, y contaban con una capacidad de 1.450 litros.
Todas estas piezas estaban apuntaladas en el suelo con piedras y los propietarios del almacén en el que se encontraban habían rellenado los huecos existentes entre ellas con arena como forma de fijación.
Aquellas vasijas, que también fueron empleadas para almacenar aceite y que procedían de Andalucía, permanecían en un buen estado de conservación e incluso una de ellas mantenía una inscripción con el nombre "Cristoval Mexía", que probablemente correspondía al vendedor del producto.
Precisamente, el tipo de letra empleado para escribir esta frase fue determinante en aquella ocasión para fecharlas en el siglo XVI, época de máximo esplendor del imperio español con el reinado del monarca Felipe II.
Denis Itxaso ha detallado que la extracción de las nuevas piezas encontradas ahora será bastante dificultosa por sus grandes dimensiones y lo estrecho del acceso al portal en el que se encuentran, por lo que no ha descartado que tal vez sea necesario realizar un "abertura" en el mismo para sacarlas a la calle.
Itxaso ha recalcado que este hallazgo constituye una "muy buena noticia para el conjunto del territorio, su cultura y su patrimonio y también para San Sebastián".
Por su parte, el teniente alcalde Ernesto Gasco, ha explicado que este descubrimiento demuestra que la ciudad era en aquella época "una plaza comercial, una capital de comerciantes donde, vinculados al puerto de San Sebastián y al de Baiona (Francia), se trasladaban elementos que en aquella época eran el petróleo de hoy en día" como el aceite de ballena y otros óleos.
"El valor de este hallazgo vuelve a demostrar que San Sebastián tuvo una historia muy importante como una plaza de comercio muy fundamental incluso con América en el siglo XVII", ha concluido Gasco.