Iruñea - El desalojo del palacio del Marqués de Rozalejo de Iruñea, gestionado por el movimiento okupa como gaztetxe Maravillas desde septiembre de 2017, se llevó a cabo ayer por la mañana como “respuesta a una orden judicial y en defensa del interés general”, en una actuación policial que dio lugar a altercados, protestas en la calle y críticas al Gobierno navarro. Solo nueve horas después de la actuación policial, un grupo de jóvenes volvió a okupar el edificio tras derribar la puerta e irrumpir en el inmueble clausurado.

A las 4.45 horas y siguiendo la orden judicial dictada al respecto, la Policía Foral, en coordinación con la Policía Nacional, comenzó a desalojar el edificio, en cuyo interior se encontraba una veintena de personas que se habían encadenado a bidones de hormigón, balcones o incluso de una red colgada en la fachada. Conforme iban siendo liberados, estos activistas del movimiento okupa fueron identificados y se les permitió abandonar el lugar, pero sus datos, junto con la documentación gráfica, será remitida al juzgado de Instrucción número cuatro. Entre las 22 personas identificadas hay cuatro menores que quedaron a disposición de sus padres.

Mientras tanto en el exterior del inmueble, situado en la plaza de Navarrería, en el casco viejo, se vivieron momentos de tensión y se produjeron varias cargas policiales, a consecuencia de las cuales dos personas tuvieron que ser trasladadas al hospital con heridas de carácter “leve”, según informó el Gobierno Foral, que comunicó que el dispositivo policial se dio por finalizado a las 14.15 horas.

Un portavoz del movimiento okupa denunció la falta de diálogo del Gobierno navarro, propietario del edificio, y la “violencia” policial empleada en el desalojo, y anunció que no renuncian al proyecto de “seguir en la calle”. Al desalojo siguieron concentraciones, en las que se sucedieron las consignas en contra de la actuación policial y de la coalición Geroa Bai a la que pertenece la presidenta del Gobierno, Uxue Barkos, unas críticas que llegaron desde el Ayuntamiento de Iruñea, puesto que el alcalde Joseba Asiron (EH Bildu) manifestó que no comparte “en absoluto”, “ni en el fondo, ni en las formas” el desalojo.

Ataque al pnv Por otro lado, varias personas que protestaban por el desalojo del inmueble lanzaron diversos objetos contra la sede del PNV en la calle Zapatería, un ataque que el Napar Buru Batzar calificó de “intolerable”. Para el PNV lo sucedido en el llamado “gaztetxe Maravillas” es un “desalojo en cumplimiento de la legalidad tras una ocupación ilegal” y es “consecuencia de un fracaso, que parece buscado premeditadamente por algunos, ante los intentos de buscar una solución dialogada por parte del actual Gobierno de Navarra”. - Efe