Bilbao - Mikel Zeberio recibió ayer la noticia de que le habían otorgado el Premio Nacional de Gastronomía a la Mejor Labor Periodística. Crítico de On desde el nacimiento de la revista, ha mostrado a través de sus páginas los mejores restaurantes, los menús más exquisitos, los mejores vinos y los productos que consiguen que todos disfrutemos de un plato. El galardón lo recibirá el lunes 25 en una gala que se celebrará en el Museo Reina Sofía.

Ayer recordaba cómo la gastronomía y el calor de los fogones le han perseguido a lo largo de su vida: “Mi padre pertenecía a este mundo antes de nacer yo. Mi madre también era cocinera. Yo he vivido en contacto con la gastronomía en todos sus ambientes, desde el mundo rural al de los fogones o la enseñanza”.

Sin embargo, Zeberio no estudió hostelería, quería haber ido a la Escuela de Madrid, pero “mi madre no me dejó ir a Madrid; además, los estudios de este arte estaban las cocinas de casa y en los restaurante más que en las escuelas. No es como ahora”. Estudió Químicas y fue profesor de esta disciplina hasta que la pasión por los fogones le abrasó y fue ganando posiciones y desplazando las clases y los laboratorios.

La trayectoria de Mikel Zeberio es conocida y reconocida, además de su presencia semanal en la revista de los sábados del Grupo Noticias, On; es profesor del Basque Culinary Center en Donostia y es constantemente reclamado para ofrecer conferencias sobre cocina en particular y gastronomía en general.

Fogones encendidos Defensor de la cocina de verdad, ayer confesaba a la vez que pedía disculpas: “No quiero que se enfade nadie, pero no me gusta la cocina de ahora. De verdad, me gusta otra cocina, la del conocimiento, la del producto”. Es muy sincero en sus declaraciones, defiende muchas cocinas y “no tienen que ser las que tengan estrellas Michelin”, cuando dice estas palabras no quiere ofender a nadie, muestra una opinión perfectamente argumentada: “Tendríamos para hablar cinco horas sobre este tema”, señala relajado mientras digiere con suavidad la llegada de este premio.

Comenta que los premios saben muy bien y que este llega en un momento bueno: “Pero ya sabes, aunque te den un premio tú tienes que seguir adelante con lo que haces. Por edad, tengo 66 años, soy un casi jubilado pero muy activo”, ríe mientras habla con DEIA, el periódico en el que comenzó hace muchos años a escribir sus críticas y con las que guió a muchos de nuestros lectores a encontrarse con las mejores mesas y los platos más exquisitos. Mikel Zeberio ha convertido la gastronomía en un relato con sabores y texturas exquisitas.