Bilbao - La Atención Primaria se está quedando sin médicos de familia pero la enfermería no le va a la zaga y presenta también un serio déficit de profesionales. “Nos cansamos de oir que la puerta de entrada al sistema público vasco de salud se está vaciando de médicos, pero lo que faltan de verdad son enfermeras, un problema que se añade a la mayor presión asistencial debido al envejecimiento”. La secretaria de organización del sindicato Satse, Encarna Sáez de la Maza, es contundente; Euskadi se queda sin personal de enfermería, un fenómeno que se ve agravado por la edad de las plantillas ya que solo el 15% tiene menos de 39 años.
De hecho, Euskadi se sitúa por debajo de la media europea en esta categoría, al contar con 6,5 enfermeros por cada mil habitantes, mientras que en la Unión Europea la media es de 8 enfermeros por cada mil habitantes. El colectivo tiene serias razones para quejarse. “Otro problema que debemos considerar es el tipo de sociedad y de población a la que atendemos y dónde prestamos nuestros cuidados. Euskadi es el asentamiento humano más envejecido de Europa, no es lo mismo cuidar a un asentamiento joven que a uno muy mayor”, protesta esta veterana sanitaria. No hay que olvidar que en el País Vasco, el 22% de la ciudadanía tiene más de 65 años -un 7% más de 80- y representa la mitad de la población hospitalizada.
El recambio generacional ante el envejecimiento de las plantillas es una de sus principales reivindicaciones. El último Plan de Ordenación de Recursos Humanos de Osakidetza, que data de 2014, ponía de manifiesto que 3.223 enfermeras tenían entre 50 y 59 años , el 46,97% del total. Además 2.103 auxiliares de enfermería el 54,27% de la plantilla, se encontraba en esa franja de edad, con lo cual la cascada de jubilaciones es evidente. “El número de jubilaciones también es de preocupar porque hay muchas mayores de 50 años que además están 24 horas al día los 365 días del año atendiendo a la población en todas sus necesidades de salud”, matiza De la Maza.
La escasez es tan obvia que hasta la Organización Mundial de la Salud ha sido contundente: faltan médicos y enfermeros en Europa. De hecho, el organismo alerta de que las necesidades de salud aumentarán a un ritmo superior al que lo hacen el número de profesionales sanitarios. “En este país lo que faltan son enfermeras y cuando se den cuenta va a ser demasiado tarde”. Para el principal sindicato del sector, la denuncia es ya recurrente. “Ni tenemos el número suficiente de enfermeras ni nos conceden la autoridad ni la autonomía suficiente para desarrollar nuestra cartera de servicios adecuadamente porque nuestro objetivo es promover la salud y prevenir las enfermedades”.
La carencia de personal no es un tema baladí ya que estudios científicos sostienen que por cada paciente extra que se añade a la carga de trabajo de una enfermera, las posibilidades de que un enfermo muera en el mes posterior a la cirugía se incrementan un 7%. Tampoco ayuda que cada vez más profesionales confiesen estar saturados y quemados.
El sindicato ha cifrado la plantilla “ideal” de este colectivo en Osakide-tza en cerca de 18.000 trabajadores -actualmente dispone de más de 8.000-, lo que le acercaría a la ratio media europea. Los insuficientes números, sumados a los recortes tras la crisis, han provocado, según expresan, “malas condiciones laborales y un empeoramiento de la salud de los profesionales así como de la atención a los pacientes”.
La precariedad es otro factor importante. “Las profesionales se acogen a las medidas de conciliación y se piden excedencias, reducciones de jornada, licencias y permisos. Y como tenemos las plantillas tan al límite, eso provoca que en las listas de contratación tengamos mujeres en condiciones muy precarias con contratos de media jornada, por horas etc...”. Satse ejemplifica esta problemática con la Oferta Pública de Empleo que se celebrará este próximo mes de junio. “Para enfermería hay 14.000 solicitantes y de ellas 8.500 o 9.000 son sanitarias vascas que sufren las penosas condiciones laborales”.