Ana Sánchez: “Se lo toman a la ligera, pero esos agujeros presentan complicaciones”
Ana Sánchez advierte de que el verano no es época apta para hacerse ‘piercings’ y tatuajes porque “el calor, la humedad, la arena o el sudor son contraproducentes”
bilbao - ¿Los usuarios se informan antes de ponerse un ‘piercing’?
-Hay algunas personas que se lo toman a la ligera. Y eso que algunos agujeros son una auténtica barbaridad. Si se lo debieran hacer por recomendación médica, muchos no lo harían. La inmensa mayoría no da problemas, pero en los estudios se ha comprobado que alrededor del 20% de estas perforaciones presenta complicaciones.
La zona marcará la diferencia, ¿no?
-Es que el 20% de las perforaciones presenta complicaciones leves que suelen ser infección o sangrado, independientemente de la zona donde estén. Luego, algunas otras presentan ya complicaciones más severas. Por ejemplo, en la lengua pueden darse casos de hemorragias graves. Además puede llegar a alterarse la sensibilidad de las papilas gustativas. Con lo cual a muchos pacientes, tras hacérselo, la comida ya no les sabe a nada.
¿Los orales son los peores?
-Si los piercing rozan un poco con la encía, al final pueden producir una retracción de la encía. Los que están en la propia encía, les pasa alrededor del anillo lo mismo que alrededor de los dientes, y es que ahí se quedan acumuladas las bacterias que hay normalmente en la boca y producen una enfermedad periodental, la típica gingivitis. Y eso al final retrae la encía y puede hacer que el hueso se reabsorba y se pierdan dientes. De hecho, se ve con bastante frecuencia pérdidas de piezas dentarias.
¿Cómo puede afectar una perforación en el pezón cuando esa joven quiere dar pecho a su bebé?
-Si se coloca un piercing que inflama un poco las glándulas por donde tiene que salir la leche, eso puede provocar una fibrosis y que se taponen las glándulas. Con lo cual tiene asegurada una mastitis.
Pero ¿esos agujeros se terminan cerrando?
-Esos agujeros son como el que se hace en la oreja para el pendiente. Una vez que ha formado piel en todo el tubito que queda, es decir una vez epitelizado, es imposible que vuelva a cerrar. Si el piercing lo quitas antes de que cicatrice el canal interior, se puede volver a cerrar. Hay algunas zonas que tardan mucho en generar piel. Por ejemplo, el del ombligo tarda en cicatrizar entre doce y 18 meses. Pero si lo quitas una vez cicatrizado, el agujero queda para siempre.
¿Los dermatólogos son igual de reticentes con los tatuajes?
-Es que los riesgos son diferentes. Además siempre hay que tener en cuenta el tipo de encarnadura, es decir, cómo cicatriza cada persona. Si tú, en un piercing, tienes tendencia a hacer cicatrices hipertróficas, ahí vas a crear una bolita de dos o tres centímetros. Una especie de verruga fibrosa y dura. Algo parecido puede pasar con los tatuajes. Que en cada uno de los pequeños pinchazos, el paciente haga un queloide y que todo el tatuaje que iba a ser una rosa monísima, por ejemplo, esté llena de grumos.
Los tatuajes con tintas de colores son más peliagudos.
-Uno de los problemas más gordos es la alergia a los pigmentos del tatuaje. Da igual que los vendan como pigmentos naturales. Ocurre como con el polen o el pelo de gato que es muy natural, pero también puedes ser alérgico. Sobre todo eso ocurre con los tatuajes que llevan tinte rojo donde se producen unos porcentajes muy altos de reacción alérgica.
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