Bilbao - Es el secretario de la recién constituida Sociedad Vasca de Neurofisiología, profesionales expertos en revelar los secretos que esconde la materia gris. Un grupo de apenas medio centenar de profesionales cuya especialidad se dedica al diagnóstico de las patologías que afectan al sistema nervioso con una orientación claramente terapéutica.

Aunque se les conozca por los electroencelefalogramas, ustedes abordan técnicas muy heterogéneas. Incluso hacen ‘pruebas de la verdad’, test cerebrales para resolver casos judiciales. Tuvo mucha repercusión al que fue sometido Miguel Carcaño para encontrar a Marta del Castillo.

-Eso forma parte de un tipo de estudios que planteó el neurofisiólogo José Ramón Valdizán desde el hospital Miguel Servet de Zaragoza que todavía hoy están en fase de investigación, aunque son trabajos muy prometedores. Son técnicas de funcionamiento cerebral que tienen mucho recorrido pero que, de momento, no se pueden hacer de forma rutinaria. Están basadas en el grado de reconocimiento que el cerebro hace sobre una serie de estímulos, en aquel caso con la muerte de Marta del Castillo. Pero todavía no se pueden utilizar de forma generalizada.

Lo que sí es de uso corriente son las pruebas para valorar la calidad del sueño o para el síndrome de las piernas inquietas.

-Exacto. La neurofisiología aporta datos objetivos que pueden orientar al tratamiento de enfermedades de ese tipo, como trastornos del sueño, síndrome de piernas inquietas y también es muy útil en el campo de la epilepsia o de alteraciones del sistema neuromuscular. Y muchos especialistas nos piden nuestras pruebas. También trabajamos mucho con las UCIS que tienen pacientes en coma o pacientes que han sufrido un paro cardiaco y tienen problemas de reanimación... todos esos trastornos son susceptibles de que los podamos diagnosticar.

Es una especialidad desconocida para el gran público.

-Es una rama de la medicina que aunque se dedique al estudio del sistema nervioso, aporta muchos datos para muchos especialistas de cara a orientar sus tratamientos.

¿Se podría decir que afinan el diagnóstico?

-Exacto. Nuestro objetivo es ayudar a obtener el diagnóstico correcto. De hecho, los pacientes no vienen a nosotros de motu proprio, sino derivados de otros especialistas. Es por eso que somos una especialidad bastante desconocida para el usuario final.

Los pacientes están más obsesionados con el tratamiento y parece que se les olvida la importancia de un diagnóstico correcto.

-El paciente lo que busca, al final, es una solución a su problema. Y una prueba diagnóstica le puede importar menos mientras les cures su dolencia. Pero es verdad que el diagnóstico es fundamental porque orienta hacia un tratamiento u otro. Y es ahí donde podemos aportar más nosotros porque usamos técnicas fundamentalmente diagnósticas.

No se centran solo en el cerebro.

-El sistema nervioso central que es el cerebro y la médula espinal y el sistema nervioso periférico, todas las raíces y nervios que salen de la médula y que, a veces por un traumatismo o una contusión sufren daños.

¿A qué patologías van fundamentalmente enfocadas las pruebas que ustedes realizan?

-Las técnicas que realizamos de forma habitual se clasifican en cuatro grupos. El primero es el de los encelefalogramas, técnica imprescindible de diagnóstico y seguimiento de la epilepsia, el segundo grupo se basan en el electroencefalograma pero van destinadas al estudio del sueño. Es la única técnica que puede evaluar el sueño en cuanto a su calidad y a su capacidad reparadora. Un tercer grupo están relacionadas con el electromioneurograma que estudia las enfermedades musculares y de los nervios periféricos. Un ejemplo muy frecuente es el síndrome del túnel carpiano. Y en cuarto lugar, existe otro grupo que se llaman potenciales evocados.

Observo que las patologías del sueño les ocupan y les preocupan...

-Es que los trastornos del sueño son cada vez más prevalentes en nuestro medio. Y generan severas disfunciones en el día a día de las personas, afectando a su capacidad de trabajo, su capacidad de concentración y la neurofisiología aporta mucho valor en el diagnóstico preciso de este grupo de enfermedades, teniendo en cuenta además que las causas de un problema del sueño pueden ser muy diversas.

Es decir que no hay que simplificar y pensar que no se duerme bien a causa del estrés, que es la explicación recurrente.

-Qué duda cabe que el estrés es una muy habitual pero los trastornos del sueño no solo se deben al estrés o a la ansiedad. A veces estamos tratando incorrectamente este problema desde la presunción de que el estrés es la causa y si no hacemos un diagnostico correcto, nos quedamos sin estudiar otro tipo de razones. Por ejemplo hay personas con problemas para dormir a las que se les trata el estrés y sin embargo persiste el trastorno porque igual tienen apneas asociadas. Hay pruebas que evalúan las alteraciones en el sistema respiratorio o cardiaco durante el sueño, o movimientos periódicos de las piernas que pueden producir problemas del sueño.

Usted sostiene que el nivel de estrés o relajación de cada persona afecta de manera directa a la actividad eléctrica de la piel.

-Sí, pero eso son también investigaciones. Tampoco está extendido su uso porque está en una fase inicial. Pero es indudable que el estrés genera modificaciones en el cuerpo y que nosotros podemos estudiarlas. La muestra más evidente es la frecuencia cardiaca. Todos tenemos la experiencia de que cuando nos ponemos nerviosos, nuestro corazón se acelera y eso lo consideramos un fenómeno normal. Pero si nosotros podemos estudiar en qué porcentaje aumenta la frecuencia cardíaca podemos inferir cómo es el grado de estrés. Una línea de investigación que estamos desarrollando es saber cómo se modifica la conductividad eléctrica de la piel a través del estrés.