Donostia - Bisnieto de eibartarras, Juan Pablo Félix resalta en su niñez y adolescencia sus lazos con el Euskaldunak Danak Bat arrecifeño, a cuya sombra creció. Visitó por primera vez Euskadi hace una década, gracias a un curso Gaztemundu dedicado a músicos de euskal etxeas. Estudió Dirección y Producción de Cine en la Escuela del INCA (Instituto Nacional de Cine Argentino) y hace unas semanas estrenaba un documental en cinco capítulos, sobre la lucha y militancia en la Argentina de los 90, presentado por el Ministro de Educación y el Director Nacional de Derechos Humanos, que se emite hasta fin de enero por televisión.

¿De que trata ‘H.I.J.O.S. de una misma historia’?

-HIJOS es el acrónimo de Hijos por la Identidad, la Justicia, contra el Olvido y el Silencio, una agrupación de hijos e hijas de desaparecidos, torturados y asesinados por la dictadura militar. Surgen en los 90, cuando el Estado Argentino hacía oídos sordos a sus demandas y reclamaciones respecto a sus familiares y comienzan a organizar escraches frente a las casas de los militares implicados, conjuntamente con las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo. Ten en cuenta que aún hoy día existen más de 400 chicos todavía desaparecidos, que fueron arrebatados a sus madres. Muchos de sus hermanos son hoy abogados y continúan en su lucha por recuperar lo que los genocidas les quitaron, para que se haga justicia y nada quede en el olvido.

Comienza usted muy joven en cine, mientras estudia la carrera.

-Tuve la oportunidad, mientras estudiaba, de trabajar en FX Stunt Team, una empresa de efectos especiales muy importante no solo en Argentina y toda Latinoamérica, también en España y el País Vasco. Eso me permitió participar de unos cuantos proyectos, algunos en Madrid, por ejemplo en Torrente, con Santiago Segura. Torrente 3 se había rodado en Argentina y las dos siguientes se rodaron en España. Pude viajar a Europa e hice buenos amigos entre los equipos y profesionales, muchos de ellos vascos: directores de arte, maquilladoras, vestuaristas, también con algunos actores. Con Gorka Otxoa, que creo que es donostiarra, trabajé en Lobos de Arga” una película disparatada, con turistas que hacían el Camino de Santiago y eran devorados.

Acaban de otorgarle un premio.

-Hay un concurso iberoamericano al que presenté en julio de 2014 un guión y esta semana pasada me han comunicado que ha sido seleccionado para representar a Argentina. Está ligado al Laboratorio de Escritura de Guiones de Oaxaca, en México, que coordina Berta Navarro, la productora de El laberinto del Fauno. Participaré del laboratorio en esta edición de 2015. En marzo comenzaré a reescribir el guión y la esperanza es que en algún momento se den el resto de pasos para poder llevarlo a la pantalla. Ese será mi empeño, rodar el guión y presentarlo, por qué no, en el Zinemaldia de San Sebastián (sonríe).

¿Cómo es, de qué va?

-Es de género policial, una road movie de un padre pirata del asfalto que sale de la cárcel. Transcurre en el noroeste argentino, en la frontera con Bolivia. Habla de los valores familiares y la relación paterno-filial; también de la identidad argentina, con padre porteño e hijos de cultura andina, plantea la confrontación y los choques culturales en Argentina.

Creo que de chico tuvo usted una especial predilección por algunos directores vascos, como Alex de la Iglesia.

-Había entonces un canal, el único, que pasaba películas para mí interesantes, bastante cine de gente como Julio Medem o Alex de la Iglesia y me fanaticé con títulos suyos como Muertos de risa o El día de la bestia. Me encantaba el tono exagerado y ese humor grotesco y absurdo del vasco. Luego por cosas de la vida tuve la satisfacción de poder conocerle.

¿Algún proyecto relacionado con sus raíces vascas?

-Sé que en algún momento realizaré un proyecto que toque mi identidad vasca y mi identidad argentina. Soy argentino, soy latinoamericano y soy también vasco, y estoy orgulloso de todo ello. Es una cuestión que tengo ahí, la de la identidad, que seguro desarrollaré. Tiempo al tiempo.