Bilbao - El plan de reorganización de los centros de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) impulsado por el rector tiene el camino más despejado. Las Juntas de Campus de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba aprobaron ayer sendos informes favorables a la propuesta para fusionar en 19 las 31 escuelas y facultades, con el objetivo de que la UPV/EHU sea competitiva en el espacio europeo de educación e investigación. El ambicioso proyecto ha logrado un amplio respaldo entre la comunidad universitaria. Aunque, tal y como preveía el propio Iñaki Goirizelaia desde el inicio del debate interno, el apoyo no ha sido unánime.

Las Juntas de Campus de Bizkaia y Gipuzkoa han respaldado la propuesta con más entusiasmo que en Araba. No obstante, el 57% de los miembros que componen la Junta alavesa (vicerrectorado, decanos y directores de todos los centros, profesorado, personal de administración, alumnado) ha avalado el documento elaborado por el equipo rectoral, tras recoger en julio las aportaciones que la comunidad universitaria le hizo llegar durante la fase de socialización y debate del proceso de fusión. Las votaciones de la sesión extraordinaria de Juntas celebrada ayer en los tres campus muestran que, pese a los matices, el mensaje sobre la necesidad de cambio lanzado por el rector ha calado en la mayoría de la masa social de la universidad. En el Campus de Bizkaia, el plan de reestructuración obtuvo 28 votos a favor, 11 en contra y 4 abstenciones, es decir, el 65% apoya el plan. En el Campus de Gipuzkoa hubo 20 votos a favor, 6 en contra y 5 abstenciones, es decir, el 64% de la Junta votó sí al plan. Y en el Campus de Araba se emitieron 16 votos a favor, 10 en contra y 2 abstenciones.

Con los informes favorables de los tres campus sobre la mesa, el equipo de Goirizelaia llevará el expediente completo para su aprobación al Consejo de Gobierno del próximo jueves, día 25, sesión en la que se abrirá un periodo de enmiendas que se prolongará hasta el 30 de octubre. Tras la finalización del plazo, seis comisiones creadas al efecto (de otras tantas áreas del conocimiento, desde Ciencias de la Salud a Artes y Humanidades) analizarán dichas enmiendas e informarán de las mismas en el Consejo de Gobierno del 6 de noviembre. El punto culminante del complejo proceso que echó a rodar en mayo tendrá lugar el 27 de noviembre. Ese día, se celebrará un Consejo de Gobierno extraordinario en el que se debatirán y votarán las enmiendas y la propuesta de reorganización. Pero la futura estructura de la UPV/EHU deberá contar con el visto bueno del Gobierno vasco. Hasta ahora ha manifestado que observa con buenos ojos el proceso de reflexión abierto en el seno de la universidad vasca para no ser irrelevante en el contexto europeo.

Tras analizar las debilidades y fortalezas de las 31 facultades y escuelas, el equipo rectoral ha decidido racionalizar la estructura de la UPV/EHU tras 34 años de vida. Ello obedece a la necesidad de corregir las ineficiencias generadas por el crecimiento dispar de los distintos centros. Hay departamentos con 100 profesores adscritos y otros con solo 20, centros con apenas 350 estudiantes, frente a otros que superan los 3.000, centros que ofertan varias titulaciones y otros con una oferta mínima. Incluso hay algún centro con una sola titulación y otros con titulaciones repetidas y solapadas.

A grandes rasgos, la reestructuración busca crear centros universitarios potentes desde el punto de vista académico e investigador. Se van a agrupar en torno a siete macrocentros de Ciencias de la Salud, Ingeniería, Educación, Ciencias Jurídicas y Sociales, y Ciencias Económicas y Empresariales, las 19 facultades y escuelas universitarias que actualmente imparten titulaciones de esas ramas. El modelo de fusiones responde a la idea de agrupar las escuelas universitarias -con menos estudiantes e investigadores- en torno a las grandes facultades y compartir recursos. Ello no quiere decir que los centros pierdan poder, ni que se cierre ningún centro, se recorte la plantilla o se vayan a eliminar los grados existentes. El plan recoge una estructura de gobierno descentralizada en la que todos los centros formarán parte de la dirección de las nuevas macrofacultades en proporción con su tamaño actual.

Mejorar la investigación Con la nueva estructura - de una única dirección para varios centros- se busca ser más eficaz en la gestión, incrementar el número de alumnos y, fundamentalmente, que el personal docente ocupado en tareas de gestión, se ponga a investigar. El diagnóstico realizado ha detectado “la superposición” de competencias universitarias, lo cual ha generado “la dispersión de recursos y un excesivo número de personal docente e investigador (PDI) dedicado a la gestión administrativa”. Lisa y llanamente: hay muchos docentes de la UPV/EHU enzarzados en labores burocráticas en vez de estar investigando, que es uno de los criterios clave en la normativa de acreditación del profesorado que el ministro José Ignacio Wert quiere aprobar.

La insuficiente producción investigadora de algunos centros, además, pone en riesgo su proyección futura si se aprueba el decreto de acreditación de universidades y centros universitarios que impulsa Wert. A día de hoy, más de la mitad de los centros incumple el Reglamento Marco de Centros de la UPV/EHU que exige que el 70% del PDI fijo de plantilla a tiempo completo tenga el doctorado y un mínimo de 50 PDI fijos en plantilla a tiempo completo. Según el borrador del plan, 6 incumplen ambos criterios, 7 el primero y 6 el segundo, lo que quiere decir que el 61% de los centros no cumple alguno de los criterios para poder funcionar como centro.