ciudad real. Un caso de extrema violencia familiar sacudió ayer a la localidad de Manzanares (Ciudad Real). Un hombre de 45 años mató a sus dos hijos, de 5 y 14 años, y a su suegra, de 70 años, a tiros en su casa, y posteriormente se suicidó.
Algunas fuentes señalaron que fue una llamada a la Guardia Civil la que alertó a los servicios de emergencia de la ausencia de la familia. Otras afirmaron que fue un familiar quien dio el aviso después de que los menores no acudieran al colegio. Los agentes se personaron en el domicilio familiar donde descubrieron los cuerpos sin vida de las cuatro personas, según informó la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
Los cuatro fallecidos son de nacionalidad española y las primeras líneas de investigación apuntaban a que el padre habría matado a sus dos hijos, un niño y una niña, de 14 y 5 años, y a su suegra, de 70 años, con un arma de fuego, y que posteriormente se habría quitado la vida.
Los agentes accedieron a la vivienda a las 17.00 horas, después de que los vecinos alertaran a la Guardia Civil de la ausencia de la familia. El servicio de emergencias 112 recibió el aviso sobre las 16.43 horas, cuando la Guardia Civil pidió la ayuda de los bomberos para abrir la puerta del domicilio familiar.
Fuentes municipales explicaron a Efe que el hombre se había separado recientemente de su esposa. En ese sentido, el alcalde de Manzanares, Antonio López de la Manzanara, dijo que la esposa se había marchado del domicilio familiar hace unos días y era su madre la que se encargaba del cuidado de los menores.
El subdelegado del Gobierno en Ciudad Real, Fernando Rodrigo, manifestó que el abandono del hogar familiar por parte de la madre pudo ser el detonante del suceso ocurrido ayer. La mujer no se encontraba en el domicilio y a través de unos familiares se logró localizarla, ya que se encontraba en Gijón.
Una sobrina del presunto parricida comentó que la pareja llevaba veinte años casada y que la madre, que se había ido del domicilio después de Semana Santa, tenía intención de separarse.
Los vecinos no daban crédito a lo sucedido. Compañeros del instituto Azuer, donde estudiaba el hijo mayor, de 14 años, señalaron que ayer no acudió a clase, aunque habían visto que había tenido actividad en el WhatsApp hasta el mediodía. El hermano pequeño, de cinco años, tampoco fue al colegio.
Un vecino explicó que el presunto parricida era muy aficionado a la caza -de hecho, se sacaron de la vivienda varias escopetas- y que trabajaba en Madrid en una empresa de hacer pozos, por lo que pasaba la mayor parte del día fuera de casa.
Seis niños muertos en abril Este mes está siendo especialmente trágico en lo que a violencia contra los menores se refiere. Al doble parricidio de ayer se unen tres asesinatos más ocurridos en el Estado.
El primer día del mes, una niña de seis años era hallada muerta y su padre ahorcado en el municipio malagueño de Campillos. Este suceso provocó que el Ministerio de Sanidad incluyera en el Plan de Infancia que está elaborando a los menores hijos de maltratadas como víctimas de la violencia de género.
Esta misma semana, una mujer asesinaba a sus dos hijos de 9 y 11 años en Barcelona, intoxicándoles con medicamentos para posteriormente ahogarles en la bañera. Y el pasado miércoles, una joven de 17 años fue detenida como presunta autora de la muerte por asfixia de su bebé recién nacido en Cambril, provincia de Jaén.