Bilbao. Gabriel Lluelles Rabadà, un maestro del diseño industrial y conocido como el padre del llamado tercer brazo por idear uno de los iconos de la modernidad doméstica, la Minipimer, falleció en diciembre del recién concluido 2012.
Este diseñador industrial nacido en Barcelona en 1923, se formó en la Escuela Industrial de Barcelona como proyectista industrial.
Trabajó para las empresas más destacadas del sector de los electrodomésticos, primero como delineante y perito industrial mecánico-eléctrico, lo que actualmente denominamos diseñador industrial; pero durante los más de 40 años de trabajo, en los que pasó de utilizar el tiralíneas al ordenador diseñando y dirigiendo equipos para Pimer, Braun o Taurus, fue aprendiendo y ejerciendo a fondo una disciplina a la que ha ayudado a dignificar.
En el difícil escenario de la posguerra y a pesar de la inexistencia de una cultura del objeto, Lluelles fue capaz de diseñar pequeños aparatos que nos facilitarían las tareas domésticas y que se caracterizan no solo por su funcionalidad sino también por su sobria elegancia formal. Son diseños suyos multitud de planchas, exprimidores, aspiradoras, molinillos de café y secadores, que se convirtieron a partir de la década de los sesenta en compañeros inseparables de nuestros hogares.
Entre todos destaca la Minipimer (1959), el primer electrodoméstico capaz de batir y amasar alimentos con un solo brazo, todo un mito en los hogares de aquella época y que se exportó a más de 50 países. Estos objetos, verdaderas innovaciones que se comercializaron con éxito y que llegaron a muchos hogares, forman parte de la colección de Diseño Industrial del Museu de las Arts Decoratives de Barcelona, y algunos se pueden ver en la exposición permanente, en el Palau de Pedralbes.Sus diseños han sido galardonados en numerosas ocasiones y se han expuesto en muchas muestras dedicadas al diseño.
Ganó dos Premios Delta de Oro, con el molinillo-triturador Bipimer BP53, de 1961, y con el exprimidor MPZ2Citromatic Instant de Braun, de 1970, diseñado junto a Dieter Rams.
En una entrevista concedida en 2008, cuando una exposición rescató sus creaciones del anonimato, Lluelles explicaba que a él le interesaba crear aparatos "útiles, seguros al manejarlos, funcionales y, sobre todo, fáciles de limpiar".
Con la desaparición de Lluelles, el diseño industrial catalán pierde uno de sus grandes referentes y uno de los hombres que más innovaron en este campo.