BILBAO. A la gente de la calle eso de las presencias diabólicas le parecen cosas de otro siglo.
Algunas películas conocidas o algunos hechos han puesto a la gente en prevención ante los exorcismos. Pero ahora mismo sí hay personas que creen en el satanismo. Yo estoy en las redes sociales, y me encuentro con gente que me pide ser su amigo y pone; religión: Satanás. O sea que es un fenómeno bastante extendido.
¿Qué es un exorcismo?
Un exorcismo no es más que una oración de la Iglesia, lo que se llama un sacramental. Los sacramentos son siete, bautismo, confirmación, eucaristía, matrimonio, sacerdocio y luego están los de sanación que son los de confesión y unción de enfermos. Los sacramentos son acciones de Cristo a través de la Iglesia que te santifican. Un sacramental son oraciones hechas a imagen de los sacramentos para conseguir bendiciones. Hay un rito para quitar la influencia maligna de Satanás que se llama exorcismo. Es una oración oficial.
¿Quién la puede practicar?
La puede practicar cualquier sacerdote con permiso del obispo. No hace falta un cargo estable de exorcista en las diócesis. Aunque hay diócesis que quizá por la frecuencia de casos, nombran a uno de forma oficial. Se eligen como medida preventiva porque la Iglesia es muy cauta ante estos casos de posesión.
¿Cuándo se considera que alguien está bajo el influjo del Maligno?
Desde 1997 se hacen en Europa estudios muy serios sobre sectas satánicas y posesión, desde el punto de vista médico, psiquiátrico y legal. En algunos casos puede obedecer a paranoias u obsesiones y por eso se elabora un estudio profundo para diagnosticar que aquello es un caso de posesión. De hecho, en Europa y en España, muchos psiquiatras, cuando ven un caso que no responde a los parámetros del diagnóstico convencional y creen que obedece a una posesión, lo derivan a la Iglesia y aconsejan a los familiares que lleven a ese paciente al exorcista.
Pero la Iglesia rodea a los exorcismos de cierto secretismo.
Lo que ocurre es que la Iglesia es prudente. Pero los fenómenos satánicos son públicos en algunas ocasiones como, por ejemplo, en la muerte de Sharon Tate en los 70 o en otros casos de satanismo que han aparecido en los medios de comunicación. Pero aquí no es un problema de secretismo sino de respeto a la persona. Es muy duro decir que una persona está poseída. Igual que existe el secreto de confesión para no difamar a nadie, si los exorcismos se divulgan, también podría quedar dañada la imagen de la persona que ha sido objeto de posesión.
¿Por qué?
Si dices que alguien está bajo el influjo del Maligno, a la opinión publica se le puede transmitir una imagen deteriorada. Sin embargo, el estar poseído no quiere decir que esa persona sea mala porque puede haber sido maldecida. Por eso siempre se exige privacidad, aunque haya casos en que la misma persona o sus familiares lo quieren publicitar.
¿Cuáles son los síntomas?
En el rito aparece el desprecio formal del nombre de Dios, de los santos, el hablar lenguas que no tenía por qué conocer esa persona. Imagínate un analfabeto que, por ejemplo, empieza a hablar en arameo. Hay otra serie de signos, por ejemplo las tentativas de suicidio, aunque eso puede ser también un síntoma psiquiátrico. Por eso se hace el diagnóstico y el exorcismo si procede. Todavía guardo el correo de una mujer trabajadora, buena madre y esposa, que recurrió a un exorcismo porque presentaba síntomas de depresión. Después de verle varios psiquiatras le derivaron al exorcista y ya está curada.