Bilbao. Con palabras que acribillan conciencias, el responsable de esta ONGD que ha organizado una campaña para denunciar el saqueo de África, explica que los recursos del continente están dejando de ser para la supervivencia para ser destinados a la exportación "destruyendo la soberanía alimentaria" de millones de familias. En República Democrática del Congo, por ejemplo, más del 48% de las tierras agrícolas ya han sido adquiridas por multinacionales. Y el proceso parece no detenerse...

En plena era del comercio electrónico, ¿cómo es posible que estemos hablando del 'agronegocio'?

Ha habido muchos mercados especulativos y desde hace una temporada se habla de que los alimentos se han vuelto mercancía.

Bueno, ya lo eran, ¿no?

La alimentación es un derecho básico pero hay una crisis alimentaria invisible. Los precios han subido un montón, en los países del Sur hablamos de un 400%. Pero la gente no se da cuenta porque piensa en su crisis.

La culpa ¿al sistema bancario?

Los grandes culpables son las empresas externas que promueven el agronegocio, los Estados por no exigir responsabilidades y también nosotros. Pensamos que un producto que venga de fuera es más exótico, mejor? Y no hacemos un consumo crítico.

¿Y dónde buscamos a los culpables?

Se habla de los chinos, los coreanos, que están comprando muchas tierras en África. Francia, Alemania, Reino Unido... Esos ya tienen el objetivo claro de que las siguientes materias primas van a ser los recursos naturales. El petróleo ha pasado a segunda escala. Ahora está de moda el biocombustible y para ello tienen que acaparar tierras.

¿Y el agua?

Va a ser el petróleo del futuro. Ya hay países y empresas que están comprando acuíferos en Latinoamérica.

Pues vaya panorama...

Por eso insistimos en que con un consumo más crítico, viendo la procedencia de los alimentos, entendiendo las influencias negativas que tiene nuestro consumo en los países productores se podrían modificar muchas cosas.

¿Y cómo es que la comunidad internacional no actúa?

Los Estados tienen la obligación de asegurar el derecho a la alimentación dentro y fuera de sus fronteras. La interpretación que hacen es, lógicamente, la que quieren. El lobby empresarial tiene mucha fuerza. El agronegocio mueve muchísimo dinero. Un dato: la producción de alimentos, el transporte, el consumo y todo lo que conlleva la alimentación consume el 75% de la energía en el mundo. Por eso todo el mundo está viendo un negocio en la especulación con los recursos naturales.

¿Escrúpulos cero?

No se puede especular con algo tan básico como es la alimentación. La especulación que está dando dinero y beneficios a una empresa está creando hambre y pobreza en otro lugar. Y eso significa muerte. En este mundo hay pocos escrúpulos.

¿Pero no ve solución al problema?

El decrecimiento. El planeta no da para más. Ahora mismo, si todo el mundo tuviera el modelo de consumo que tiene Euskadi harían falta cinco planetas para alimentar a todo el mundo. Por eso apostamos por la soberanía alimentaria: que cada pueblo sea dueño de su sistema alimentario, que decida qué quiere comer, cuándo plantarlo y cómo utilizar sus recursos naturales y cómo avanzar.