EN las calles de Bilbao es muy difícil ver a un niño que se muera de hambre o de frío. Por suerte, esto solo es marginal, aunque la crisis pueda convertirlo en algo más cotidiano. Aun así, hoy día el Estado español es uno de los mayores impulsores de Unicef por medio de las ayudas que destina al Fondo de Naciones. Sin embargo, cuando ingresó en este organismo de la ONU en 1961, el Estado era uno de los beneficiarios de las ayudas del fondo. De todos modos, desde 1954 Unicef firmó un convenio con España. Así, hasta 1968 el organismo de la ONU envió 300 millones de kilos de leche en polvo al Estado, así como puso en marcha programas para el cuidado de niños prematuros, la lucha contra el tracoma, la rehabilitación de niños minusválidos y la educación nutricional.

En esos cincuenta años, las cosas han cambiado mucho en Bilbao, en cambio en otras localidades los críos siguen siendo el eslabón más débil. Para recordar el medio siglo y que aún hay mucho por hacer, el programa de RTVE Los Lunnis, se acercó ayer al Museo Guggenheim de la mano de Unicef País Vasco con el objetivo de divertir, pero también de concienciar a los más jóvenes de la familia. El auditorio de la pinacoteca estaba repleto para ver a Lubina, Lupita y Lunicef, el superhéroe que reivindica que "¡con los niños y las niñas haremos un mundo mejor!"

El espectáculo, que duró alrededor de una hora, fue un decálogo de cómo deben comportarse los críos que también podría aplicarse a los mayores. Así, los personajes de televisión insistieron en la importancia de hacer deporte y de seguir una buena alimentación, en la que incluyeron fruta y verdura, para poder llevar una vida sana. Respecto a la convivencia, Los Lunnis trataron de mostrar a los niños la importancia de ser responsables, explicándoles, por ejemplo, que si recogen sus juguetes tendrán más espacio para jugar o que si pierden algo lo busquen. En el espectáculo, también aconsejaron a los niños que aprendan idiomas, el valor que tiene lavarse las manos a la hora de evitar enfermedades o el deseo de poder respirar aire fresco.

responsabilidad Los Lunnis son conscientes de que los niños son el futuro. Por eso, aparte de enseñarles de una manera amable las responsabilidades cotidianas que deben ir adoptando, también incidieron en las que les corresponderán como ciudadanos cuando crezcan. Así, Lunicef afirmó que "es tarea de todos mejorar el mundo que vivimos" y animó a los niños a que luchasen por los derechos de todos los niños y niñas, independientemente de su raza, religión o procedencia, ya que considero que son "universales". Una advertencia que no debería caer en saco roto para los niños, pero tampoco para los mayores.

Ayer en el Guggenheim, Los Lunnis renovaron su compromiso con la divulgación de los derechos de los niños. De hecho, dieron más fuerza a su mensaje al intercalarlo entre los diferentes vídeos y canciones que interpretaron. Así, consiguieron que los niños disfrutasen y se concienciasen con Lubina, Lupita y Lunicef. Además, también hubo un hueco para aprender inglés cantando el abecedario o para que Lupipedia enséñase al público nuevas palabras como "adorno" o "zambomba". Antes de despedirse del público bilbaino, también iniciaron a los críos en juegos como el "Veo Veo" o el "Escondite", de los que afirmaron que es "tan divertido jugar como enseñárselo a los demás".