bilbao. Enhebrar un aguja, escribir con el teclado, pelearse con los botones cada vez que se viste, coger un cubierto para comer... ¿Se imagina cómo sería su vida si sus manos no funcionaran como debieran? Para las personas cuya enfermedad ha degenerado en contractura de Dupuytren, las actividades que implican el movimiento de las manos supone una situación de lucha y frustración diarias.

Las manos son algo más que una parte del cuerpo: son un elemento clave en nuestra rutina diaria porque las necesitamos para desempeñar tareas cotidianas como lavarnos, vestirnos, trabajar, cocinar o comer. Las manos están presentes también en la forma en que nos comunicamos y nos expresamos, ya sea en el ámbito profesional o en nuestra vida personal. Aunque usamos las manos constantemente, también es fácil que nos olvidemos de ellas y de la importancia de tener unas manos sanas que funcionen correctamente.

La enfermedad de Dupuytren es una patología progresiva y crónica que se caracteriza por la acumulación excesiva de colágeno. Se manifiesta inicialmente en forma de nódulos palmares, en su progresión se puede llegar a formar una o varias cuerdas debajo de la piel. Estas cuerdas se extienden desde la palma de la mano hacia los dedos y pueden contraerse progresivamente, lo que se conoce como la contractura de Dupuytren.

En el Estado esta patología podría afectar al 4% de la población. Se sabe que la padecen mayoritariamente varones de más de 45 años; en las mujeres se presenta en edades más avanzadas y con menor intensidad.

Uno de cada tres pacientes encuentra dificultades en el desarrollo de su trabajo, un 34% tiene problemas para ponerse los zapatos y el 28% encuentra dificultades a la hora de peinarse, lavarse o maquillarse.

Así se desprende de un estudio realizado por Pfizer en toda Europa cuyo objetivo era investigar el papel de las manos en la vida cotidiana y analizar el conocimiento que la sociedad tiene sobre esta patología.

"Los pacientes con contractura de Dupuytren ven condicionada las actividades de la vida diaria en actos tan habituales como lavarse la cara, coger objetos, meterse la mano en los bolsillos, o incluso dar la mano o aplaudir. Estos impedimentos se trasladan al ámbito laboral, en acciones tan habituales como escribir en el ordenador o llevar una bandeja", explica el doctor Joaquín Fores, cirujano y traumatológico del hospital Clínic de Barcelona, quien señala que la enfermedad puede afectar a una o a ambas manos y puede ser motivo de incapacidad laboral.

Hasta la fecha, la intervención quirúrgica era la única solución para esta dolencia. Sin embargo, los expertos disponen ya de una nueva alternativa farmacológica. Se trata de un innovador medicamento, desarrollado por Pfizer, y financiado al cien por cien por la sanidad pública, que es una alternativa "eficaz" a la cirugía, asegura el doctor Emilio Baixauli, cirujano del hospital La Fe de Valencia.

sin cirugía "El tratamiento quirúrgico implica una serie de gastos importantes para la Administración. La opción terapéutica Xiapex permitirá ahorrar los gastos derivados de la intervención quirúrgica, así como los de la hospitalización para los casos severos, los de la atención postoperatoria en consultas externas y todos los gastos derivados de las complicaciones asociadas a las operaciones. Además, también nos permitirá disminuir la lista de espera quirúrgica", añade con conocimiento de causa el especialista en cirugía.

El fármaco es una combinación de dos colagenasas, que se administra mediante una inyección, directamente en la cuerda que produce la contractura, y ya se utiliza en 20 hospitales del Estado.

La técnica se realiza de forma ambulatoria. "El buen resultado depende del buen uso que haga el médico-cirujano", indica Carlos Sánchez, jefe médico de la Unidad de Atención Especializada de Pfizer. Su acción consiste en escindir la cuerda de colágeno que ocasiona la contractura. El procedimiento se lleva a cabo 24 horas después de la inyección y favorece la ruptura final de la cuerda y la extensión del dedo tratado. Si la contractura sigue cuatro semanas después del tratamiento se puede administrar otra inyección y realizar de nuevo el proceso de extensión, 24 horas después.