Iruñea. Ha tardado 14 años en volver al Pirineo. Los terribles recuerdos de aquel aguacero descomunal que arrasó el idílico camping de Las Nieves le impedían volver a pisar las montañas. El agua, las piedras y el lodo acabaron con la vida de su mujer, María Antonia, y de su hija Ángela, de solo 3 años, en el valle de Tena. Él, Esteban Astarriaga, que ahora tiene 52 años, y sus otros dos hijos, Amaia, de 27 años, y Ion, de 24, sobrevivieron de forma milagrosa.
"Las dos viven conmigo en todo momento, sobre todo, en fechas muy significadas como sus cumpleaños", se emociona este vecino de Lizarra, localidad a la que regresó desde Zaragoza a los dos años de la catástrofe. "Me tuve que marchar porque allí me era imposible superar los recuerdos. Entonces sólo quería olvidar por encima de todas las cosas, olvidar para sobrevivir. Había perdido a la mujer con la que vivía y era feliz, y a una hija pequeñita que me daba la vida y era el mayor regalo del cielo. Después de haber estado luchando con mi mujer por sacar el negocio adelante, una cafetería en Zaragoza, y cuando estábamos a punto de salir adelante porque habíamos trabajado mañana, tarde y noche, se nos vinieron abajo todos nuestros sueños en tres días de vacaciones".
Al drama personal, Astarriaga suma el vía crucis judicial, a diferencia de las otras familias navarras, la suya no ha recibido ninguna indemnización por haber presentado su reclamación fuera de plazo, según la Audiencia Nacional. "Mi cabeza se bloqueó de tal manera que cuando mi abogado me dijo que se cerraba la causa en la Audiencia Provincial de Huesca a los cuatro años del suceso no quise seguir pleiteando. ¿Cómo era posible que los tribunales nos dijeran que no teníamos razón habiendo pruebas tan palpables de que el camping estaba en un lugar inadecuado? Entonces solo deseaba que me dejaran en paz porque me estaban volviendo loco. Cómo me encontraría que no recuerdo ninguna de las conversaciones que mantuve con mi primer abogado", aclara. "Luego en los tres últimos años saqué fuerzas y volví a la batalla judicial", explica para anunciar que no se rinde y que acudirá al Tribunal Constitucional y al de Estrasburgo para reclamar sus derechos, aunque tenga que hacer una huelga de hambre. "Es una injusticia judicial que dura años. Eso sí -reprocha- tras la tragedia todo eran fotos en Biescas de los Reyes, ministros y políticos, pero, mientras, recortaban nuestros derechos. Han jugado con nosotros en un proceso que no le deseo a nadie".