Bilbao. "A nuestras pacientes les recomendamos que se hagan la mamografía a partir de los 40 años. La detección precoz es el arma más eficaz y la mejor herramienta de la que disponemos para ello es la mamografía", asegura Gorka Barrenetxea, jefe de Ginecología y Obstetricia del hospital Quirón de Bizkaia y reputado experto en la lucha contra el cánder de mama. Si de este especialista dependiera, el programa de mamografías en Osakidetza -que ahora se dirige solo a mujeres de entre 50 y 69 años- comenzaría a los cuarenta años para todas las mujeres, independientemente de sus antecedentes.

La controversia sobre los beneficios de rebajar la edad de esta prueba para mujeres de 45 años siempre estará ahí. Barrenetxea defiende que el screening mamográfico debiera empezarse a los 40 años. "Evidentemente, las políticas del Departamento de Sanidad de los Gobiernos han de tomar en consideración también otros criterios, principalmente los económicos. Por ejemplo, en la Comunidad foral de Navarra y en otras varias, se empieza de forma sistemática con las mamografías a los 45 años, mientras que en Osakidetza se realizan a partir de los 50. Depende de la política sanitaria de cada gestor. Pero lo único indiscutible es que actualmente la mamografía es el instrumento más eficaz con que contamos, aunque dentro de pocos años tendremos otros como los perfiles moleculares y genéticos. Por esto, en principio y bajo nuestro criterio, la recomendación que hacemos es a partir de los 40", apostilla.

Quienes se muestran contrarios a adelantar las mamografías a mujeres de menos de 50 años, dicen, también con razones, que no existe ningún ensayo clínico que haya demostrado el beneficio de la ampliación. "Utilizar este argumento es usar un artefacto estadístico de manera no adecuada". ¿Por qué? "Una cosa es la evidencia-beneficio del screening que puede ser buena. Pero otra muy distinta es la prueba. Y esta es estadística", apunta Barrenetxea.

Osakidetza ha hecho suya esta tesis y descarta la prueba generalizada desde los 45 años "porque no hay evidencias científicas para recomendar una medida así en menores de 50 años". Aseguran que por debajo de esa edad no se es capaz de diagnosticar un porcentaje elevado de tumores debido a la mayor densidad de las mamas y que la tasa de falsos positivos ronda el 30%.

"Diversos ensayos realizados, ya en la década de los sesenta, indicaban que las mamografías iniciadas a los 40-45 años reducían en un 30% la mortalidad por cáncer de mama", explica el especialista. "Llevado el argumento al extremo, si cogiera mujeres de entre los 58 a 59 años durante 12 meses, no existiría ningún ensayo en el mundo que demostrara los beneficios de la mamografía para estas mujeres, porque es un segmento muy pequeño. Por ello se toma el entorno de mujeres de 50 a 65 años", aclara.

Dentro de los métodos diagnósticos disponibles, la eficacia de la mamografía en la reducción de la mortalidad de cáncer de mama no está en tela de juicio, así que "puede entenderse que desde el Departamento de Sanidad se tengan otras prioridades y que no contemplen generalizar las mamografías por debajo de los 50 años. Sin embargo, no creo que los argumentos que utilizan sean los más correctos", se posiciona el ginecólogo. "Me molesta -continúa- que no se recomiende la mamografía a partir de los 40 años. Una cosa es que no se incluya en las prestaciones de Osakidetza -porque no haya dinero, por ejemplo- y otra muy distinta informar a todas las mujeres, no solo a las que tienen antecedentes, que sería muy recomendable que se sometieran a esta prueba a partir de los cuarenta", afirma de modo concluyente.