bermeo. El océano Índico volvió a ser escenario de un nuevo episodio violento protagonizado por grupos de piratas procedentes de Somalia. A primera hora de la mañana de ayer el atunero bermeano Elai Alai inició el protocolo de defensa previsto en caso de alarma por ataque pirata. El buque de la empresa Etxebastar Fleet, armadora también del buque Alakrana y el Campolibre Alai, navegaba en aguas bajo jurisdicción de las Islas Seychelles cuando detecto la presencia de un par de embarcaciones sospechosas. En apenas unos minutos, dos esquifes tripulados por hombres armados se situaron en las inmediaciones del buque atunero bermeano. Ante el cariz que estaba tomando la situación -los piratas se acercaron a apenas milla y media del barco- los cuatro agentes de seguridad privada responsables de la seguridad del pesquero abrieron fuego para tratar de disuadir a los agresores. Finalmente, y tras una persecución que se prolongó por espacio de una hora, el Elai Alai logró zafarse del acoso de los botes piratas.

El incidente se produjo en aguas del archipiélago de las Islas Seychelles, al oeste-noroeste de la capital Mahe, y a unas 500 millas náuticas (cerca de 900 kilómetros) de la capital de Somalia, Mogadiscio. El Elai Alai apenas llevaba unos días faenando a la pesca de túnidos tras haber zarpado del puerto de Mahe donde arribó para proceder a la descarga del pescado capturado en la marea anterior. Se trataba del único buque de la empresa atunera bermeana Etxebastar que no había sido atacado por piratas somalíes. Y es que el Alakrana permaneció secuestrado durante 47 días durante el otoño del año pasado, en tanto que el Campolibre Alai repelió a tiros un ataque pirata el pasado 25 de mayo cuando navegaba en aguas de Madagascar.

El último ataque contra un buque de la flota vasca que opera en aguas del océano Índico se produjo el pasado 17 de octubre cuando el barco auxiliar de la empresa Albacora, Ortube Berria, escapó de la persecución de un grupo de piratas después de que los agentes de seguridad privada abrieran fuego para disuadir a los agresores. Días antes, otro atunero bermeano, el Felipe Ruano, vivió momentos de tensión cuando una embarcación no identificada navegaba rumbo hacia el atunero sin responder a las llamadas de advertencia.

Desde que el pasado mes de noviembre los buques de la flota atunera que faena en aguas del océano Índico embarcara agentes de seguridad, todos los ataques perpetrados por embarcaciones piratas contra los atuneros han sido repelidos con éxito. En cualquier caso, la actividad pirata continúa siendo frenética en diversas zonas de la mitad occidental del océano Índico. Los avistamientos de buques sospechosos se producen constantemente aunque bien es cierto que el número de ataques contra atuneros vascos ha descendido de manera significativa respecto al mismo período del año pasado.

Se suceden los ataques No obstante, los piratas continúan atacando cualquier buque que navegue en aquellas aguas. Este fin de semana, el buque mercante de bandera maltesa MV Go Trader fue atacado por una banda armada cuando navegaba a unas 280 millas náuticas al sureste de Omán. Los piratas lograron subir a bordo pero finalmente se vieron obligados a abandonarlo porque no pudieron hacerse con el control del barco. Y es que los 24 miembros de la tripulación se refugiaron en una zona segura del buque tras haber pedido auxilio por radio y haber inutilizado el sistema de propulsión del barco. Está estrategia también resultó exitosa para el buque de transporte de gas LPGC Maido tras ser atacado por una lancha a 100 millas náuticas al sureste de Dar Es Salaam, Tanzania. Tres cuartos de lo mismo aconteció con el mercante Fortune Beluga cuando fue atacado por los piratas a 750 millas náuticas de Somalia. Los 24 miembros de la tripulación permanecieron encerrados en una sala segura hasta que recibieron el auxilio del buque de guerra HMS Montrose, de la fuerza naval de la OTAN. Los piratas prendieron fuego a una parte de la superestructura del barco pero se vieron obligados a abandonar la nave ante la imposibilidad de ponerla en marcha y la inminente llegada de fuerzas de la Eunavfor. Ninguno de los tripulantes resultó herido.

El MV Polar, un petrolero con bandera de Panamá, corrió peor suerte y fue secuestrado el sábado por piratas somalíes cuando navegaba a 580 millas náuticas al este de la isla de Socotra. La tripulación está por compuesta por 24 hombres nacionalidad rumana, griega, montenegrina y filipina.