Bilbao. El pasado día 20 Italia se medía con Nueva Zelanda por la segunda fecha del Grupo F del Mundial de Sudáfrica. Y antes de salir al campo cada uno de los jugadores se enfundó un brazalete negro, en señal de duelo por la muerte, ese día, a los 66 años de edad, del ex futbolista Roberto Rosato, integrante del equipo nacional en la década de 1960 y 70.

Roberto Rosato falleció en Chieri (Italia), donde había nacido el 18 de agosto de 1943, el mismo día que su compañero Gianni Rivera, uno de los mejores futbolistas del Calcio.

A los 12 años salió de Chieri para entrar en el Torino, donde se hizo futbolista de la mano de Nereo Rocco, uno de los más grandes entrenadores italianos. En el Torino (de 1960 a 1966) inició su carrera profesional, que le llevó luego al Milan, hasta 1973, y al Génova. Entre los tres clubs, 402 partidos.

Con el Milan consiguió sus mayores éxitos: una Liga, cuatro Copas de Italia, la Copa de Europa (ante el Ajax de Cruyff) y la Intercontinental en 1969 y la UEFA en 1968 y 1973.

El fallecido, un sólido defensor que jugaba de stopper, vistió en 37 oportunidades la casaca del seleccionado italiano, de 1965 a 1972. Fue campeón de Europa en 1968, pero su momento cumbre con la squadra azzurra llegó dos años después, en México. Allí se consagró como el mejor defensa del torneo y jugó dos de los partidos más grandes de la historia de los Mundiales: la semifinal contra Alemania, que Italia ganó (4-3) en una prórroga en la que él fue sustituido por Poletti, y la final, en la que, agotados, no pudieron impedir la exhibición (4-1) de un Brasil de leyenda, comandado por O Rei Pelé, que al acabar cambió su camiseta con Rosato. Una camiseta que en el 2002 vendió en una subasta por 157.750 libras.

En 1977 se retiró de la primera división en Genoa, aunque jugó dos años en la cuarta categoría con el club Aosta.