Bilbao. La SGAE vuelve a ser noticia. En una semana en la que la Sociedad General de Autores ha estado envuelta en noticias curiosas como el cobro del canon en un instituto gallego, la entidad que vela por los derechos de los autores vuelve a escena por un posible fraude realizado bajo su nombre. Según ha sabido este diario, la SGAE tiene constancia de varios intentos de cobrar el canon por personas que nada tienen que ver con la entidad y que, sin embargo, se presentan como inspectores de la misma. El último caso podría haberse dado en Barakaldo, donde un presunto inspector se presentó el viernes día 27 en una fiesta de una asociación juvenil para reclamar el pago de los derechos. Sin embargo, fuentes de la SGAE han asegurado a DEIA que ninguno de sus miembros estuvo presente el pasado viernes en dicho local.

"La persona que intervino como supuesto representante de la SGAE no pertenece a esta organización. No tenemos ni queremos tener nada que ver con esa persona", afirmaron desde el departamento de comunicación de la SGAE en Euskadi.

Ante la denuncia de los jóvenes que fueron testigos de cómo un supuesto inspector de la SGAE les advertía de la necesidad de efectuar una serie de pagos por estar escuchando música en su local, la Sociedad General de Autores constató ayer que se están produciendo casos de falsos inspectores que se hacen pasar por representantes de la asociación. Estas personas exigen a particulares los cobros de cantidades arbitrarias de dinero bajo la tapadera de cobrar los derechos de autor.

"A pesar de que no tenemos constancia de que en Euskadi se hayan dado más casos como éste, hay informes que apuntan a que en el Estado español se están produciendo prácticas de este tipo, a pesar de las graves consecuencias judiciales que esto acarrearía", apuntaron.

Desde la asociación describieron al autor de este suceso como alguien que lo único que persigue es "intentar desprestigiarnos". "Se trata de alguien que quiere desprestigiar a la SGAE en un contexto en el que la opinión pública nos es desfavorable, porque no se comprende la labor que realizamos".

doce inspectores La CAV cuenta, en la actualidad, con doce representantes de la SGAE, además de dos delegados territoriales, que se encargan de informar a una serie de particulares sobre la necesidad de tener una licencia que les autorice a utilizar material sujeto a derechos de autor y que ellos mismos se encargan de gestionar.

Ante el temor de que nuevos casos como éste se repitan, desde el departamento de Comunicación de la SGAE en Euskadi advirtieron de que los representantes de la Sociedad General de Autores "nunca llevan encima" ningún tipo de acreditación que certifique que son miembros de la asociación, sino que portan licencias con el sello oficial de la SGAE. "Los representantes, cuando se identifican en el local, lo que hacen es enseñar los permisos y las licencias que utilizan los usuarios del material protegido para acreditarse como representantes de la SGAE. No tienen que enseñar ninguna tarjeta ni carnet porque sencillamente no los tienen".

Por otra parte, recordaron que ningún representante de la asociación tiene autoridad legal para exigir ningún tipo de compensación económica por estar utilizando material sujeto a derechos de autor. "Si el representante informa y el usuario del material protegido se niega una y otra vez a cumplir con sus obligaciones legales, sólo queda la vía del recurso judicial porque, en ningún momento, se podría multar a nadie. Esa decisión le corresponde a un juez".