Las campañas electorales, esos procesos en los que los partidos políticos piden el voto a la ciudadanía, se suelen vivir de diferentes forma en las localidades pequeñas. Lejos de las grandes ciudades, donde se suceden los grandes mítines, existe otra realidad en los pueblos pequeños de Bizkaia. “Aquí todo ha sido más relajado durante la última década”, asegura el alcalde de Mendata y candidato a la reelección por parte del PNV, Joseba Mallea, “sobre todo desde que se dio el final de ETA”. Ese elemento que en ocasiones distorsionaba la habitual calma de la localidad, ubicada en Busturialdea, se ha convertido en la nada es estas últimas elecciones: los jeltzales dirigirán el Ayuntamiento sí o sí tras el 28 de mayo. EH Bildu ha optado por no concurrir. “Y más que a lo que acontezca el 28-M, nosotros miramos a cómo gestionamos el día después. De cómo haremos para que ese sector político –en referencia de la coalición– tenga cauces para la participación en el día a día de Mendata”, señala.
Situado como atalaya de Gernika-Lumo –una serpenteante carretera lleva de la villa foral hasta Mendata–, Mallea viene siendo alcalde durante las últimas legislaturas, un total de 16 años “en los que ha cambiado todo, todo se ha ido transformando, desde las formar de vida a los modos de trabajar. Entré con 30 años al Ayuntamiento, y ya voy para los 50”, evidencia. “Y aquí, salvo los grandes proyectos comarcales –caso del Guggenheim en Urdaibai– apenas suele haber discusiones entre gente del PNV y gente de EH Bildu. Nos conocemos todos y sabemos de dónde es cada uno”, recalca. No en vano, Mendata apenas llega a los 400 habitantes. Las formas son diferentes a las de otros municipios más poblados de Bizkaia, “donde quizás la política se vive con mucha más pasión”, afirma. “Quien está en el Ayuntamiento de Mendata bastante tiene con gestionar el día a día y dar unos buenos servicios: asegurar que el agua llega en buenas condiciones, que hay iluminación, que la carretera está bien...”, asevera.
En todo caso, “nunca se había dado el caso” de que Mendata tuviera solo una candidatura electoral. Pero Mallea asegura que “nos los hemos tomado como si hubiera otra, siguiendo las pasos que teníamos pensados de antemano”. De hecho, no han dejado de instalar carteles electorales, de visitar a los vecinos para conocer sus necesidades o de perfilar su oferta electoral. Mallea sabe que más que la batalla electoral del próximo domingo, Mendata deberá de librar una carrera de fondo. Esa será “gestionar el día después, y ver cómo gestionamos la legislatura que se abre”. El alcalde subraya “que habrá que buscar un método”. Y aporta ideas: “Puede ser canalizar la voz de quienes se han quedado sin representación a través de los txokos del pueblo, por ejemplo”. O incluso organizar reuniones vecinales, “que pueden ser la forma idónea para asegurar su participación y conocer sus inquietudes”, apostilla. “Lo que de ningún modo queremos es que la gente se quede sin participación”, ahonda un Mallea que se puede tomar con toda la tranquilidad la jornada del 28-M.