El Gobierno vasco subraya su compromiso para facilitar a las víctimas de atentados de ETA todavía sin resolver toda la información posible de los crímenes, además de un reconocimiento por la injusticia padecida. Así lo manifestó ayer Iñigo Urkullu coincidiendo con la jornada en la que se entregaron, durante un acto institucional en Bilbao, los primeros Cuadernos de Memoria y Reconocimiento a familiares de víctimas de casos no esclarecidos por los tribunales en los que se recogen los datos disponibles al respecto. El lehendakari zanjó así la interpelación de la única parlamentaria de Vox, Amaia Martínez, acerca de esta cuestión en el transcurso del pleno de control del Parlamento Vasco. Un posicionamiento que se enmarca en la determinación del Ejecutivo con el “derecho a la verdad y a la justicia” de los damnificados por el terrorismo, si bien el líder jeltzale precisó que la reparación de las víctimas por la vía de la “justicia material” es algo que excede al ámbito competencial de Lakua debido a la separación de poderes existente y a las prescripciones de responsabilidades penales.

Urkullu asumió que las instituciones vascas sí tienen “el compromiso y la responsabilidad” de posibilitar que todas las víctimas dispongan del debido “reconocimiento personal e institucional sobre la injusticia padecida”, recalcando que “así lo estamos haciendo”. Un derecho a la verdad que no arrancó en la presente legislatura, sino que es algo que “siempre” ha estado presente en la trayectoria “personal, institucional y política” de los miembros del Gobierno vasco. De hecho, el jefe del Ejecutivo rememoró que desde que asumió su rol de lehendakari se han elaborado múltiples informes con el objetivo de contribuir a la “clarificación” de los atentados de ETA, entre los que citó los referidos a las personas amenazadas, a la “violencia de persecución” sufrida por concejales, a la presión sobre la Ertzaintza, o a la extorsión y violencia sobre los empresarios, entre otros. Y es que hace ocho años se encargó ya un trabajo sobre atentados terroristas con resultado de muerte cometidos desde 1960 que no están esclarecidos.

En cuanto a los citados Cuadernos de Memoria y Reconocimiento, Urkullu señaló que han sido realizados en colaboración con la Asociación de Víctimas del Terrorismo. En estos documentos, según destacó, va anexa una acreditación oficial del Ejecutivo vasco en la que se reconoce expresamente “un reconocimiento expreso de la injusticia y el sinsentido” de la violencia padecida por las personas a las que se refiere cada uno de ellos. El lehendakari explicó que con esa ceremonia de entrega se quiso solemnizar un “reconocimiento ético y humano” a las víctimas. En este momento se han desarrollado 86 de esos informes por asesinatos cometidos entre 1960 y 1979, un proyecto que continuará “para seguir proclamando que la vulneración del derecho a la vida de cada víctima asesinada por ETA fue una injusticia que nunca debió producirse”. Actualmente el Gobierno vasco sigue trabajando en otro medio centenar de casos sin resolver.

Curiosamente, la dirigente de Vox se ausentó del acto por cuestiones de “agenda” y criticó que desprendía “un aroma propagandístico”. Martínez valoró el paso hacia las víctimas pero a juicio de la líder vasca de la ultraderecha esas familias “necesitan algo más que un dossier personalizado” y pidió a las administraciones trabajar para el esclarecimiento de los asesinatos. En esa cita, que contó con la presencia de una veintena de familiares de víctimas, la consejera de Justicia, Beatriz Artolazabal, se dirigió a ellas para decirles que “no sois seres anónimos, conceptos y entelequias a las que ETA quiso borrar de la faz de este país. Sois personas de carne y hueso. No podemos devolveros la vida, pero sí restituiros la dignidad”.

acto de entrega

Artolazabal aseguró que los Cuadernos son “una contribución al derecho a la verdad” de las víctimas en los casos no resueltos o de esclarecimiento incompleto. “Os merecéis una verdad con mayúsculas, sin adjetivos”, les transmitió. Por ello, destacó que los tres fines de esta iniciativa son “mantener viva” la memoria de los asesinados, acompañar a las familias y reafirmarse en su “firme compromiso con las víctimas del terrorismo”. La consejera enumeró cada una de las localidades donde fueron asesinadas, como parte de “un mapa imaginario que nunca” se debió trazar. “En estos municipios fueron impune e injustamente asesinados vuestros esposos, padres, hermanos y hermanas, cuñados, amigos”, relató. Artolazabal censuró la “barbarie y sinrazón” de ETA en los últimos años de la dictadura y los primeros de la democracia. “Queremos recordaros como lo que erais: camareros, jueces de paz, comerciales, guardias civiles, policías nacionales, policías municipales, taxistas o periodistas”.

De ahí que estos Cuadernos busquen “hacer eterna vuestra memoria”. Además, ofreció “acompañamiento y cercanía” a las familias y admitió que durante años no se les ha sabido transmitir “cariño”. Finalmente, se nombró a las víctimas de los familiares presentes en la sala. Tras un aurresku y la foto de familia, tres familias dieron su testimonio en una charla coloquio en la que participaron: José María García, hijo de Argimiro García, asesinado el 17 de diciembre de 1974; Rosa Vadillo Uranga, viuda de Epifanio Benito Vidal Vázquez, asesinado el 25 de octubre de 1978; así como Eulalia Rodríguez, viuda de Jesús María Colomo Rodríguez, asesinado el 21 de julio de 1979.

“Vulnerar el derecho a la vida de cada víctima fue una injusticia que nunca debió producirse”

Lehendakari

“No sois seres anónimos ni entelequias, no podemos devolveros la vida pero sí restituiros la dignidad”

Consejera de Justicia