- La reivindicación volverá a ser hoy multitudinaria. Al menos, todo lo poblada que lo permite la pandemia. Y nuevamente se desarrollará sin unidad de acción en el mundo independentista, con escepticismo hacia la mesa de diálogo, esta vez sin políticos encarcelados y bajo el liderazgo de ERC al frente de la Generalitat. La polémica por el proyecto de El Prat ha recrudecido el ambiente con acusaciones cruzadas, amén de haber supuesto un frenazo en seco a la vía del deshielo -del “reencuentro”, como la acuñó Pedro Sánchez- entre ambos gobiernos. La entidad civil organizadora de la principal manifestación, la ANC, se aferra, como buena parte de Junts, a la unilateralidad y proclama el levantamiento de la declaración unilateral de independencia de 2017 para hacer efectivo el mandato del 1-O.

En su discurso de la Diada, emitido anoche, el president Pere Aragonès enarboló con contundencia la defensa de un referéndum pactado, “que cuente con el aval de la comunidad internacional”. “No descansaré hasta lograrlo”, expresó, antes de poner a Escocia como modelo a seguir.

Asimismo, Aragonès describió como un éxito la reanudación de la mesa de diálogo a pesar de las últimas tensiones con el Estado y entre los socios del Govern. “Hasta hace poco parecía imposible que el Estado reconociera el conflicto político. Ahora lo ha hecho y se ha sentado en una mesa”.

Así las cosas, las diferencias de criterio se acentúan en el seno del soberanismo. El president se aferra al foro bilateral entre Moncloa y la Generalitat sin levantarse de la mesa ni en la peor de las circunstancias, al menos durante dos años, el plazo que le dio la CUP para facilitar su investidura y ser sometido a una cuestión de confianza en 2023; mientras que sus socios de gabinete y las entidades sociales dicen preparar ya una “alternativa al fracaso”. El pacto nacional por la amnistía y la autodeterminación sigue sin reunirse, aunque el Ejecutivo catalán asegura que la próxima semana se empezarán a dar detalles de lo que pretende ser un grupo que propulse la autodeterminación.

La jornada de hoy supondrá una vuelta a los orígenes: una ofrenda floral a Rafael Casanova y Salvador Allende, acto de Òmnium Cultural, evento de Ciutadans, manifestación tradicional de la ANC, marcha propia de la CUP y acto institucional como eje central. La Assamblea Nacional Catalana pretende hacerse notar hasta el primer fin de semana de octubre, cuando se cumplan cuatro años del referéndum, bajo el mismo lema: Luchemos y ganemos la independencia. La movilización de la ANC, con la colaboración de Òmnium y la Associació de Municipis per la Independència, centralizada en Barcelona, empezará en la plaza de Urquinaona en dirección al Parc de la Ciutadella, donde se ubica el Parlament, y echará a andar a las simbólicas 17.14 horas para recorrer la Via Laietana y el Passeig d’Isabel II hasta llegar a la Avinguda del Marquès de l’Argentera.