- No es desde luego igual de conocido que el hasta ahora gurú de Pedro Sánchez, Ivan Redondo, o la hasta la fecha ministra y segunda de abordo del Ejecutivo, Carmen Calvo. El primero llevó a Sánchez a La Moncloa; y la segunda ha sido su más férrea defensora. Pero tendrá un similar cometido: ser persona clave en la fontanería. Persona de la máxima confianza del presidente y hombre en la sombra del PSOE, Félix Bolaños será el nuevo ministro de Presidencia y Relaciones con las Cortes. Bolaños no estará en la primera línea, pero manejará las hilos, la agenda o las decisiones estratégicas del Gobierno de cara a un futuro en el que el inquilino de La Moncloa parece haberse acercado al aparato socialista cuando la formación de Ferraz se encamina a una 40 edición de su Congreso Federal.

De hecho, Bolaños (Madrid, 1975) siempre ha estado en el núcleo duro del PSOE, desde que se afiliara. Militante del partido y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense, donde fue número uno de su promoción tanto en el curso general de Abogacía como en el curso especial de Derecho Laboral impartidos por la Escuela de Práctica Jurídica, concurrió en las listas socialistas para las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015. No logró escaño; pero conseguiría un buen puesto casi dos años después, cuando fue nombrado secretario general de la Presidencia del Gobierno. Posteriormente se supo el verdadero alcance de su figura, cuando ejerció de muñidor del acuerdo del gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos, ya en el año 2019. Mantuvo intensas negociaciones con algunos de los principales responsables de la formación morada para poder cuadrar el pacto.

No obstante, pocos ciudadanos conocían el rostro de Bolaños, que se hizo más reconocible apenas meses antes de la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Corría el mes de octubre de 2019. Él fue quien aquel día, junto a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, como notaria mayor, y junto al subsecretario de Presidencia, Antonio Hidalgo, actuó como testigo y al mismo tiempo supervisó todo el proceso. Pero además negoció antes con la familia los pormenores de la exhumación y se encargó de preparar durante meses hasta el último detalle de aquella jornada.

Arquitecto jurídico en Moncloa durante los últimos años y profundo conocedor de los resortes de poder, Bolaños se ha instalado ya en el piso más alto del Gobierno. Desde esa privilegiada posición deberá otear la acción del nuevo Consejo de Ministros y, en su caso, calzarse el buzo de trabajo en el supuesto de que salten las chispas entre ministerios o Unidas Podemos se salga del guión. Siempre a la vera de Sánchez, en su mano estará implementar el rumbo que se escoja.