La proclamación hoy viernes de Pere Aragonès como president de la Generalitat abre un nuevo ciclo en Catalunya pero con las mismas interrogantes: hasta dónde le llegarán las fuerzas al independentismo en su embate contra el Estado español, cuáles serán las soluciones desde Moncloa para dar salida al conflicto más allá de la promesa de mano tendida y diálogo, y si el Govern de coalición entre ERC y Junts resistirá esta vez las tensiones internas y podrá encauzar una estrategia común y con recorrido en conjunto con el espacio civil secesionista. El líder de Esquerra se comprometió ayer jueves en su discurso a "culminar" el procés y gobernar "para todo el país" bajo cuatro vertientes: "La social, para asegurar a todos casa y trabajo, salud y educación; la feminista, que rompa los techos de cristal; la verde, para poner freno y empezar a revertir el cambio climático; y la democrática, comprometida con la transparencia y la necesidad de rendir cuentas, y también con la voluntad mayoritaria de hacer inevitables la amnistía [de los presos soberanistas] y la autodeterminación". "Son las paredes maestras de la nueva Generalitat republicana", subrayó ante el giro a la izquierda de un Ejecutivo que gozará del respaldo externo de la CUP siempre y cuando se avance en sus planteamientos sociales e identitarios. De hecho, a mitad de la legislatura Aragonès se someterá a una cuestión de confianza y se evaluará el escenario respecto a la mesa bilateral con Moncloa, es decir, si hay progresos o se cumplen los peores presagios de bloqueo desde Madrid.

"Por primera vez Catalunya tendrá un president a la vez de izquierdas e independentista con la fuerza que nos da haber superado la barrera del 50% de votos", se felicitó el republicano, no sin apelar a los comunes, "con quienes tarde o temprano nos tendremos que entender", con la mirada puesta en que el independentismo crezca en los barrios de la periferia en los que hasta ahora es minoritario. "No me conformo con la mayoría independentista, quiero ir más allá". Además, pretende recuperar la figura de los "pactos nacionales" para tratar de implicar a una oposición muy escéptica y romper así la política de bloques. "Es imperativo cambiar de dinámica y hablar mucho en este contexto de represión. Esta es mi obsesión. Superar el bloqueo actual y resolver de una vez por todas el conflicto con el Estado español", proclamó Aragonès, que toma a Escocia como espejo y aboga por un referéndum que obligue al unionismo a "hacer una propuesta por Catalunya". "Que dejen de tener miedo de las urnas y expliquen por qué tenemos que optar por quedarnos", conminó. "Quiero ser como Escocia y me gustaría que el Estado español supiera ser como el Reino Unido en 2014?. Sé que Escocia lo logrará y volverá a votar, y sé que el Reino Unido volverá a hacer todo lo posible para seducir a los escoceses y evitar democráticamente la independencia", prosiguió con el símil.

En este sentido confía en que la mesa de negociación reporte frutos. Limitándose a esbozar los principios fundamentales de su plan sin entrar en detalles que revelaran las diversas sensibilidades y diferencias con JxCat, con el que ha tejido un acuerdo sobre la bocina para evitar nuevas elecciones, el dirigente de ERC quiere llegar a ese foro con una posición reforzada, "y así la Generalitat, como un solo pueblo, irá a la mesa de negociación para resolver el conflicto político con España de una vez por todas". En un discurso inusualmente corto, que no llegó a 40 minutos, Aragonés señaló que "todos los que hoy rechazan la república catalana deben saber que la república catalana nunca los rechazará a ellos". "Por ello les pido que me ayuden a impulsar la sacudida que el país necesita. Hagámoslo por nuestras hijas y por nuestros hijos", cerró. En el momento de las réplicas fue contundente con el candidato del PSC Salvador Illa, a quien reseñó: "¿Por qué un proyecto que representa el 52% de los votos es divisivo y uno que lo hace con el 48% no lo es?".

Desde Junts, su portavoz Albert Batet se disculpó por la tardanza en cerrar la alianza del "Govern del 52%" e instó a "llenar de contenido las palabras y los conceptos abstractos". "Esta es la legislatura del recuperémonos y el preparémonos. Recuperémonos de la crisis generada por el coronavirus y preparémonos para crear un nuevo estado", valoró el posconvergente, que tiene claro el guión de un independentismo que sigue "vivo y determinado". "Autodeterminación, amnistía, referéndum acordado con el Estado, gobierno fuerte y agenda independentista. Seguiremos con la confrontación y también con la negociación. Pero solo juntos ganaremos".