Los acontecimientos en Catalunya evolucionan a un ritmo vertiginoso a medida que pasan los días y sigue en marcha la cuenta atrás del reloj para la repetición electoral, que se parará el próximo día 26. Si el martes las conversaciones entre ERC y Junts estaban congeladas y las diferencias parecían insalvables para cualquier tipo de acuerdo, ayer miércoles las formaciones independentistas volvieron a la mesa y alcanzaron in extremis una hoja de mínimos en la que se comprometen a apurar la negociación para una investidura antes de que expire el plazo.

Todo ello, gracias a la mediación de la CUP, que ejerció de nexo de unión entre republicanos y posconvergentes -socios de largo recorrido que pasan por sus peores horas en su relación de conveniencia-. Así, los anticapitalistas lograron sentar a la mesa a las dos principales fuerzas del soberanismo catalán e intentar evitar una repetición de los comicios temida por todas las partes interesadas.

Al término de la reunión a tres bandas en el Parlament, con negociadores en la mesa de forma presencial y otros que participaron telemáticamente; ERC, Junts y la CUP suscribieron un comunicado conjunto en el que acuerdan impulsar un "espacio para el debate de la estrategia independentista más allá de la gobernabilidad". En esta tesitura, JxCat se estaría planteando ceder y prestar al republicano Pere Aragonès los cuatro apoyos que necesita en la investidura, para después pasar a la oposición. A cambio, los posconvergentes reclamarían estrategias conjuntas para avanzar en el proceso soberanista y una hoja de ruta clara hacia la independencia.

A pesar de que el comunicado pactado no precisó gran cosa respecto a cómo se va a ejecutar este nuevo espacio "más allá de la gobernabilidad", todo apunta a que se creará una dirección estratégica unitaria del independentismo que esté al margen de la Generalitat y que pilote la nave del soberanismo catalán abriendo nuevas vías y ensanchando la base del movimiento.

En esta línea, en el texto hecho público -denominado Compromiso por un Acuerdo Nacional por la Autodeterminación- las tres formaciones que conforman el bloque independentista constatan "la posibilidad de abrir un nuevo ciclo para la liberación nacional" de Catalunya, atendiendo siempre a los resultados del 14 de febrero, que otorgaron al soberanismo por primera vez más del 50% de los sufragios emitidos.

Un Govern del PSC

Por su parte, el PSOE observa con escepticismo esta reanudación de la negociación independentista y vuelve a reclamar un Govern de izquierdas encabezado por Salvador Illa para evitar el fantasma de la repetición electoral. Así lo trasladó el propio líder socialista, Pedro Sánchez, que en respuesta a Gabriel Rufián ayer en el Congreso apostó otra vez por una investidura de Illa. "Llegados a este punto, a lo mejor se podría pensar en un Gobierno de izquierdas liderado por el PSC", trasladó Sánchez a ERC.