- La moción de censura que el PSOE presentó en Castilla y León contra el presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, parecía condenada al fracaso desde el minuto uno, ya que el Gobierno formado por PP y Ciudadanos enseguida cerró filas y los socialistas necesitan sumar seis votos más para que prospere su iniciativa. Cuando la moción se debatirá en pleno el lunes, ayer saltó la sorpresa: la procuradora de C’s María Montero abandona el grupo parlamentario pero no renuncia a su acta, por lo que seguirá ocupando escaño dentro del Grupo Mixto. Su antiguo partido le pidió ayer mismo que entregue su acta en base a la Carta Ética de la formación, y también solicitó al Ministerio de Política Territorial una reunión urgente del pacto antitransfuguismo.

El Gobierno de PP y C’s pierde la mayoría absoluta, fijada en 41 de los 81 escaños de la cámara, al pasar C’s de 12 a 11 (el PP tiene 29). Con la calculadora en la mano, el PSOE (35) puede aspirar a sumar a los dos procuradores de Podemos, el de UPL, el de Por Ávila y el de la exmiembro de C’s. Siempre en el plano teórico, otro cambio de filas en el partido naranja sería suficiente para que saltara una sorpresa mayúscula y la moción de censura saliera adelante. UPL y XAV aún no han decidido su voto, mientras que la única diputada de Vox ha avanzado que no apoyará la moción. En algunos ámbitos se daba ya por hecho ayer que la moción va a prosperar con XAV y dos votos de C’s o, incluso, sin XAV y con tres votos de C’s: la diputada que ha dejado el grupo, y dos afines a ella.

“Me voy de un grupo sin liderazgo, en el que no existe el trabajo en equipo, en el que unos pocos deciden por todos y con continuos cambios de opinión respecto de las decisiones políticas”, argumentó María Montero, que pasa al Grupo Mixto. Añadió que la “regeneración” que perseguía el pacto con el PP “no ha llegado”. Lo que parecía una unidad inquebrantable de PP y C’s se ha resquebrajado, por tanto, en favor de los intereses del candidato socialista, Luis Tudanca. La moción en Castilla y León fue uno de los muchos efectos colaterales de la moción que se presentó en Murcia, que provocó a su vez el adelanto electoral en la Comunidad de Madrid por parte de la presidenta Isabel Díaz Ayuso (PP). También ha conllevado la desintegración a cámara lenta de Ciudadanos, que sigue sufriendo bajas de cargos descontentos con la gestión de su líder, Inés Arrimadas.

El golpe de efecto que se conoció el jueves con el paso atrás de Ignacio Aguado y su sustitución por Edmundo Bal como candidato de Ciudadanos a la presidencia de la Comunidad de Madrid no ha cambiado la tendencia en el partido de Arrimadas. Ayer fue Ángel Garrido, expresidente de la Comunidad de Madrid por el PP y exconsejero de Transportes por C’s, el que anunció que dejará la política tras las elecciones autonómicas del 4 de mayo, por lo que ha pedido a la formación naranja no ser integrado en las listas electorales.

En una larga misiva, Garrido, que asumió la Presidencia en mayo de 2018 tras la dimisión de Cristina Cifuentes por el caso máster, justificó su decisión en que “la política ha cambiado” y que ahora mismo se da una “política de bloques, radicalismo y crispación” que, a su juicio, es “el peor escenario que se puede plantear”. El actual diputado en la Asamblea de Madrid abandonó el PP cuando formaba parte de la candidatura al Parlamento Europeo y se integró en las listas del partido naranja a la Asamblea madrileña. “Reconozco mi incapacidad de adaptación a este nuevo escenario, lo que no es culpa de la política, sino mía”, zanjó ayer.

Ex de C’s. Los partidos del Grupo Mixto del Congreso relegarán a una comisión de segundo nivel y sin presencia pública al exdiputado de C’s Pablo Cambronero. Su destino será la Comisión de Peticiones, sin capacidad legislativa y con reuniones a puerta cerrada.

“Se pactó con el PP por el cambio y la regeneración pero dos años después no ha sido así”

Exprocuradora de C’s en Castilla y León