- Completar las transferencias del Estatuto de Gernika y actualizarlo con la ponencia de la pasada legislatura como punto de partida. Estos son los principales objetivos del Gobierno vasco en materia de autogobierno para los próximos años, en una legislatura que a priori estará marcada por la reconstrucción post-covid pero en la que el ámbito estatutario también estará muy presente y puede servir de herramienta para que Euskadi amplíe sus competencias de cara a elaborar políticas propias para afrontar la crisis sanitaria.

El Ejecutivo de Iñigo Urkullu dio a conocer ayer la parte íntegra de su programa para esta legislatura relativa al autogobierno, un documento que suscriben el PNV y el PSE y que, en resumidas cuentas, recoge la voluntad del gabinete de coalición de ampliar y mejorar el Estatuto, un camino en el que la reclamación de las competencias pendientes será un “pilar fundamental”, al igual que retomar el texto acordado en la pasada legislatura por la mayoría parlamentaria -fue suscrito por jeltzales, socialistas y Elkarrekin Podemos-, y que se basa en los trabajos de los expertos nombrados por los grupos en la ponencia de autogobierno.

A pesar de las urgencias políticas, económicas y sociales que plantea la pandemia del covid-19; el Gobierno autonómico no desatiende la cuestión del autogobierno y deja claro que volverá a ser uno de los principales ejes de la legislatura. Por ello, lo incluye como uno de los cuatro ámbitos clave a desarrollar en los próximos meses en un programa que lleva el nombre de Más y mejor autogobierno, y tiene la premisa de “defender el autogobierno y el cumplimiento íntegro del Estatuto”.

Lakua se compromete a ampliar el desarrollo legislativo del autogobierno actual y a defenderlo utilizando de forma efectiva los mecanismos políticos, jurídicos e institucionales vigentes. También hace mención expresa en el programa al autogobierno económico y financiero de Euskadi, en referencia al Concierto y el Cupo. En relación a la coordinación interinstitucional, el Ejecutivo de Urkullu apuesta por profundizar en la coordinación de las políticas estratégicas con las demás administraciones, como diputaciones forales y ayuntamientos.

Pero lo que será vital es el diálogo y la coordinación con el Estado español, en cuyas manos está completar el Estatuto de Gernika y evitar los choques competenciales vividos en el pasado. Así, el Gobierno vasco insta al Estado al cumplimiento de los compromisos políticos e institucionales asumidos para completar el autogobierno, en el marco de la reanudación de la negociación de las transferencias, que cuenta ya con una propuesta de nuevo calendario según la cual todo el proceso terminaría a mediados de 2022.

Respecto a los enfrentamientos competenciales -frecuentes durante el mandato de Mariano Rajoy-, el programa incluye la denuncia de actuaciones que supongan una “intromisión, vaciamiento, condicionamiento o recorte” en las políticas públicas que el Parlamento o el gabinete de Urkullu hayan aprobado.

El plan de autogobierno suscitó las críticas de EH Bildu, cuya portavoz Maddalen Iriarte criticó que el PNV “renuncia” a conseguir un nuevo estatus en la próxima legislatura. A su entender, el programa de Gobierno “no hace ninguna alusión a la necesidad de un nuevo estatuto político” que revise la relación con el Estado. En Sabin Etxea rechazan las críticas y acusan a Iriarte de verter “fake news y mentiras”. Según fuentes jeltzales, “intentar hacer creer que el PNV renuncia al nuevo estatus es un insulto a la inteligencia de la ciudadanía vasca”. El propio Urkullu, a través de Facebook, afeó a Bildu querer “polemizar” por todo. “El Gobierno, tanto en la legislatura pasada como en esta, ha mostrado su disposición a lo que el Parlamento decida. Si ahora a Bildu le parece mal el sistema que los propios grupos decidieron y quiere que sea el Gobierno vasco quien proponga la reforma, que lo afirme y solicite con claridad”, expuso el lehendakari.

“Gallia est omnis divisa in partes tres, quarum in partes tres, quarum unam incolunt Belgae, aliam Aquitani, tertiam”

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